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Siempre hemos encontrado altos y bajos en el camino los que ya tenemos vividas las tres cuartas partes de nuestra vida. Ya en los primeros años de nuestra era, el Faraón soñó con siete hermosas vacas que subían del rio y siete espigas de trigo frondosas y granadas, mientras que detrás aparecían otras siete vacas flacas de muy mal pelaje y otras siete espigas medio secas y sin grano.
Toda esta historia viene a decir que venían unos años de abundancia, y detrás llegarían otros siete de escasez, y en esos años de abundancia se debía guardar algo, para cuando llegaran los años más escasos pudiéramos tener los graneros y despensas con unas reservas y con las cuales pudiéramos pasar sin problemas esos años que se anunciaban en que las cosechas no nos darían para sobrevivir.
Dicho esto, todos somos conscientes, pues de que han venido unos años, en los cuales hemos nadado en la abundancia, años en los que hemos vivido muy bien, y hemos derrochado por encima de nuestras posibilidades sin pensar en los sueños que ya en aquellos años tuvo el Faraón.
Quizá todos no hayamos pensado igual y hemos tenido presentes los sueños del Faraón mirando de guardar para sí otro día nos daba un dolor de barriga pudiéramos tapar algo las faltas, mientras otros, los más jóvenes y otros no tanto, despilfarraban cambiando de coche, mientras que otros continuábamos sacando rendimiento a nuestro utilitario. No vamos bien, decíamos algunos, no puede ser que un currante con la categoría más baja se presente en el parking de la empresa con un Audi A-6, como el que tiene el gerente de la empresa a la puerta de su despacho.
Todo esto puede ser fruto de los años de abundancia, de cuando todo nos sobraba, no echemos todas las culpas a la crisis, a los gobiernos, cuando nosotros mismos tenemos nuestra parte. Hay que pensar que los árboles nunca llegan al cielo, crecen año tras año llegando un día en el que no crecen más o se secan.
Hoy los medios de comunicación anuncian una subida en el recibo de la luz cercana al 5% más IVA, a mi manera de entender desorbitada. El petróleo sube sigilosamente y poco se habla al respecto, mientras que las eléctricas quieren continuar arrojando ganancias millonarias, y es que cuando hay crisis, cuando se ha aprobado un decreto para congelar o bajar las pensiones, para bajar los sueldos de los funcionarios, y que al final recaerá también en la empresa privada, cuando ya se está anunciando volver a subir el IRPF ya estamos apretando el cinturón, pero por favor, que se lo aprieten todos, que ya está bien hombre.
Gímaro, 24 de Septiembre de 2010
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