viernes, 19 de septiembre de 2008

LA TRASHUMANCIA EN LOS AÑOS 60 EN LOBER

La trashumancia en Lober ha existido desde tiempos remotos. Había otros pueblos vecinos que por su ubicación en riberas o pastos más frescos y con abundante agua, el ganado podía quedarse pastando sus terrenos durante la calurosa época estival sin hacer la trashumancia.
Lober, un pueblo siempre con un exceso de ganado ovino, llegando el verano los pastos se quedaban secos o escaseaban debido al exceso de reses, por eso en verano siempre se tenía que hacer la trashumancia hacia las sierras de Puebla de Sanabria, buscando los frescos pastos y el agua de aquellas sierras, la gente decía que si las ovejas iban a la sierra, en invierno enfermaban menos. Había unas gentes de algunos pueblos que se cuidaban de arrendar los pastos, éstos eran los llamados amos, que después contrataban ovejas cobrando un tanto por cada una. También éstos tenían que contratar pastores y arreadores para cuidar la gran cabaña de ovejas que se juntaban, y que siempre solían ser dueños de las ovejas.
La trashumancia se hacía a finales de junio, salíamos de Lober al atardecer y llegábamos a dormir a los corrales de Rabanales cerca del río Ceval, allí metíamos las ovejas en los corrales campestres, y los pastores íbamos a Rabanales al bar del “Rabiau,” allí recuerdo que vi yo la televisión por primera vez, era el año 1963, tenía yo 14 años. Al día siguiente, había que madrugar quedaba un largo y agotador camino por andar, así salíamos los siete u ocho ganaderos de Lober y allí se juntaban también otros dos o tres que había en Tolilla, y salíamos río Ceval arriba, que nos empezaba a salir el sol antes de llegar término de San Vitero, allí ya se empezaban a ver rebaños de diferentes pueblos de Aliste, las ovejas de Lober y Tolilla ya iban juntas, aunque los rebaños iban aglomerados, no se acababan de juntar, por el instinto que las ovejas tenían, ya que por el balar ellas se conocían. Ya llegábamos a los campos de Aliste, mochila llena de comida, y capa al hombro, para llevar todo esto durante todo el día, era un gran esfuerzo . La comida que solíamos llevar era pan y tocino, chorizo ya no había o si había alguno se guardaba para medicina. Por los campos de Aliste ya empezaba a calentar el sol, allí no había agua ni sombra, a veces se encontraba alguna fuente que no era agua corriente, era agua detenida, y para cogerla teníamos que quitar una gran cantidad de “saltones”saltamontes, que caían al agua y como no podían salir allí morían, pero como no había otra aquella era buena para saciar un poco la sed y mojar el pan que llevábamos que ya se había quedado duro. En los campos de Aliste el sol era agotador, teníamos que taparnos con la capa de paño, de esa manera no daba el sol tan directamente en la cabeza. De hay el dicho que dice que lo que quita el frío , también quita la calor.
A medio día estábamos frente a San Cristobal, y continuábamos caminando, las ovejas con el sol no caminan, había que esperar que cayera la tarde . Llegando al término de Gallegos del Campo ya empezaban a caminar más, y había que recuperar terreno, Allí, ya se veía la cabaña de todo Aliste, aún no iban juntas, era en la “Fuente el Horno” donde se juntaban todas las de Aliste unas 5000aproximadamente. La fuente “El Horno” en término de Gallegos del Campo era una fuente con abundante agua fresca y que todo el día pensábamos en llegar a ella, durante muchos años sació la sed de todos los pastores alístanos.
El camino continuaba, ya sólo se veían ovejas por todas partes, pero ningún pastor conocía las suyas, la noche ya se echaba encima, aún quedaba camino por recorrer. Por fin se llegaba ya al sitio llamado el “Carrilon” que era donde se dejaban, esto era termino de “Flechas”en la Sierra de la Culebra, cerca de Peña Mira. Allí , se hacían cargo de la cabaña los pastores y arreadores que las llevaban al destino, a la sierra de la Pedriña, la Escoba, entre otras. Llegando allí después de tres o cuatro días más de camino, los arreadores volvían a sus casas y ya sólo quedaban los pastores, con sus grandes perros para defenderse de los lobos, eran los que las cuidaban durante dos meses aproximados dependiendo del pasto que hubiera mas o menos.
Tomábamos el camino de regreso, hacía Mahide, llegando a ese pueblo, cenábamos en una taberna que había, la cena solía ser latas de sardinas y jarras de vino, esa noche eso no falta, y acabado de cenar el gasto se pagaba a “escote”, la cama era campestre, íbamos a la era donde trillaban y dormíamos entre la paja, por aquella zona las noches eran bastante frescas, nos tapábamos con paja solo dejando la cabeza fuera, que también teníamos que tapar con la capa, por que sino picaban los mosquitos. Por la mañana había que levantarse temprano, había que coger el autobús en Mahide, que nos llevaba hasta Ceadea. De allí caminando hacia Lober, parábamos a almorzar algo en la fuente la ferrada, que era algún trozo de pan duro que nos había quedado del día anterior, y llegando a casa final de viaje.
Al cabo de mes y medio o dos, los arreadores subían hasta Puebla en tren, buscaban la cabaña y emprendían el viaje de regreso, después de cuatro días de camino, llegaban al destino, que era algún pueblo de Aliste, normalmente era Grisuela. Allí acudían todos los ganaderos de Aliste, había que apartar las ovejas, cada uno tenía que buscarse un corral de algún amigo o conocido, las ovejas iban dando vueltas por la calle, y tenias que vigilar cuando pasaban para conocerlas y irlas metiendo en el corral que habías buscado. Para conocerlas, las ovejas tenían una señal en las orejas, ésta señal cada ganadero tenía la suya propia, de ésta manera nadie se las podía quitar. También tenían otra marca para conocerlas, era “la mela” cuando se esquilaban, se le hacía una señal con pez caliente, cada uno también tenía la suya, que solía ser una letra. Una vez apartadas venían los disgustos, a uno le faltaban dos, a otros cuatro, en fin, los pastores traían algunas pieles, la cuales unas decían que las había comido el lobo, otras que se habían caído de alguna peña y se había muerto, en fin cosas así.
Esta es la historia de la trashumancia en Lober en aquellos años60.Hoy aún se continua haciendo,y no creo que el sistema mucho haya variado.
Gumaro

TURISMO RURAL

Lober de Aliste es un pueblo de turismo rural de la provincia de Zamora, situado al sureste de la comarca de Aliste a dos horas y media de Madrid y a treinta minutos de la ciudad de Zamora por la N. 122 y donde te podrás alojar en las casas rurales de Lober ó en el hotel la “JAFRIZ” de Fornillos.
Aquí no tenemos museos, ni tampoco catedrales, pero puedes disfrutar de una naturaleza sin nada de continuación, y disfrutar de sus noches de estrellas brillantes y que el único ruido es el aullido de algún lobo, el canto de los grillos o de las ranas en alguna charca.
Podrás visitar las antiguas minas de hierro de la Ferrada, o la fuente con abundante agua con el mismo nombre, en primavera veras abundantes praderas repletas de margaritas y campanillas, y las blancas flores de las jaras, las amarillas de las escobas y codesos que hacen contraste con las azules del abundante tomillo en todas sus laderas y colinas. En Lober encontraras gentes humildes que nunca te defraudaran, sus antiguas casas y pajares están hechas de piedra y una mezcla de paja y barro y algunas con sus tejados de pizarra y contrastan con las modernas de nueva reconstrucción hechas de ladrillo.
En Lober puedes ver vacas y burros por la calle, éstos ya en peligro de extinción, hay pequeñas explotaciones agrícolas que todavía se usan éstos animales para la labranza, también se pueden ver dos molinos harineros centenarios en la rivera que todavía funcionan alguna vez.
La gastronomía en Aliste es muy rica en carnes, por ejemplo: el chuletón de la muy conocida “TERNERA DE ALISTE”, en San Vitero, los buenos callos y mollejas de casa Matellan en Rabanales y de casa Catalina en Grisuela, el buen solomillo de casa Alfonso y el sabroso cordero de Grisuela, con un gran surtido de jamones y embutidos de la zona, todo esto regado con los distinguidos vinos de Toro y la Rivera del Duero.
Tenemos Miranda de Douro a 19 kmt., ciudad muy conocida de Portugal por su gran número de comercios, donde antes de llegar, pasaremos por Moveros pueblo de tradición alfarera, donde podrás visitar los diferentes talleres de alfarería con un gran surtido de piezas actuales y centenarias. Llegando a Miranda puedes darte una vuelta por la gran cantidad de comercios, y también te encontraras con el exquisito bacalao que allí cocinan, y si te apetece te puedes dar un paseo en barco por los arribes del Duero, donde pasa el río por un estrecho cañón durante varios kms que hasta llegar al agua hay hasta 200 mts de profundidad, y llegando un poco más arriba `puedes ver el puente de Pino construido en el año 1914 y que fue diseñado por un alumno de Eifel.
Ven a Lober te encontraras a gusto.
Gúmaro

EL PAN

En tiempos antiguos muy remotos en la mayoría de las casas se “amasaba”, no sólo en Aliste, sino en la mayor parte de los pueblos de todas las regiones de España.
Este trabajo, normalmente lo hacia la mujer de la casa. Dependiendo de la época del año se hacían más o menos hogazas, en invierno el pan aguantaba más, y en verano se quedaba más duro. Por eso algunas mujeres se ponían de acuerdo, y hacían tres o cuatro hogazas más que se prestaban entre las vecinas, devolviendo éstas, cuando ellas amasaban. Era una manera de comer el pan más tiempo sin estar tan duro, eso sí, cuando se prestaba pan ,siempre se pesaba. Yo recuerdo que el peso lo contaban por libras.
El trigo se molía en molinos especiales llamados fábricas, uno había en Doméz otro en Rabanales y como no podía ser menos, otro había en Alcañices. Hasta los años 1970, iba tanta gente a moler, que que muchas veces se tenían que esperar al día siguiente, o incluso al otro, eran los años que en todas las casas se hacía el pan.
Para amasar era imprescindible tener varias herramientas o artilugios, el horno, y por supuesto harina, éstos artilugios eran: el organero, la pala, la estaca grande y otra pequeña, el rodro, el barredero, artesa y la caldera. Las materias primas que se necesitaban eran: Agua caliente, harina, sal, hurmiento y más tarde también levadura.
Lo primero que se hacía era la masa, envolviendo la harina con agua caliente, el hurmiento, la sal, y la levadura en la artesa, todo bien amasado y mullido, que después se dejaba reposar o dormir. Una vez hecha la masa, se encendía el horno, algunos tardaban más de dos horas en calentarse, para estar caliente se tenían que poner los adobes de la bóveda bancos. Cuando el horno estaba caliente, con el rodro se arrastraban las brasas hasta la boca, y con el barredero, que solía ser de trúvisco ó de escoba, se barrían las baldosas quedando éstas impias de ceniza. Ya estaba el horno a punto para cocer. Después de hora y edia o dos la masa ya estaba “despierta”, ya había crecido, y mientas el horno se había terminado de calentar, ya se habían hecho las hogazas y alguna rosca que espolvoreadas con harina esperaban en la artesa para entrar en el horno.
Al cabo de hora y medía o dos el pan estaba cocido, lo primero que se sacaba del horno eran las roscas, con éstas a veces se hacía “sopa en vino”. Para la sopa en vino, se partía la rosca en “cachos” pequeños en una cazuela y se ponía vino, azúcar y agua, esto era la sopa en vino, y se comía con cuchara.
Después del año 1970 muchas mujeres dejaron de amasar. La gente joven había emigrado de los pueblos, las familias se habían quedado pequeñas, y ya no se gastaba tanto pan. Algunos optaron por dar harina al panadero, y éste le devolvía los mismos kilos de pan, otras continuaron amasando hasta casi entrado el año 2000, y hoy los hornos ya son piezas de museo.
Gumaro

LA ERMITA YA ES HISTORIA

En la mitad del camino entre Lober y Tolilla existe un paraje que se llama “LA ERMITA, pero yo creo que hoy hay gente en Lober y Tolilla que no saben que allí existió una Ermita, en la cual yo me acuerdo siendo un niño de 6 ó 7 años de ir a Misa el Domingo de Ramos y el día de Jueves Santo, a la salida de Misa, los vecinos de Lober y de Tolilla podían verse, saludarse o hacer alguna conversación o comentario.
También había una fuente cerca de la Ermita por encima del camino. Yo no la conocí con agua pero los antepasados contaban que siempre tenía agua, si acaso se secaba algún año de los más secos, los monaguillos siempre cojian allí el agua para consagrar en la Misa y el cura D. Pedro (años 1910 1920) no gustándole la idea esa de coger de aquella agua les dijo: de esa fuente no cogereis más agua, y desde aquel año dicen que la fuente se fue secando poco a poco, hoy aún puede verse en aquel sitio la hierba verde incluso en verano, pero de agua, ni cuando llueve.

Los Santos que había en el retablo, San Fabián y San Sebastián creo que eran, si no recuerdo mal, fueron robados de la Ermita por el año 1960 , y denunciado el robo a la Guardia Civil fueron encontrados en Madrid, hoy día dicen que están en la Iglesia de Tolilla.
Después, por los años 1963 ó 1964 ya estando la estructura de la Ermita en estado ruinoso decidieron derrumbarla, la piedra se subastó, y hoy día pede verse como cierre en una finca de Lober.
El año 2004 fueron al sitio de la Ermita el pueblo de Lober y Tolilla con el párroco de ambos pueblos D. Mariano y clavaron allí una cruz que es lo que hoy allí existe.
Gumaro 8  de Febrero de 2008.

LOS MOLINOS

Los molinos en Lober y en general en Aliste, son edificios simples, no muy grandes, de una forma rectangular, adaptados para el trabajo que desarrollaban. Yo diría que éstos molinos hoy ya son edificios históricos en Lober y en Alite, de los cuales ya sólo nos quedan recuerdos. Yo desde aquí diría a las administraciones que corresponda que tomen mano en éste asunto, no para ponerlos en marcha, sino para rehabilitar los edificios de éstos molinos, que formaron parte de nuestra historia y que hoy están a punto de desaparecer, y no creo que rehabilitarlos saliera muy costoso.
Todos los molinos tenían la misma forma, forma rectangular, y situados a un lado del río, sitio estudiado, de forma que el agua pudiera entrar bien en él, a través de una calienda que la llevaba a una presa llamada “Zuda”, y que en invierno, época de crecidas no quedara enaguado, ya que con las crecidas el agua retrocedía por el desagüe y el rodezno quedaba frenado.
Los edificios no tenían mucha claridad, solo tenían una pequeña ventana para mirar desde dentro la Zuda si tenía suficiente agua, tampoco tenían chimenea aunque en todos ellos durante el invierno se hacía lumbre sobre todo cuando se tenía que ir a moler de noche. Los tejados solían ser de pizarra, en tiempos material barato en Aliste por existir canteras en diferentes pueblos de la comarca.
Los mecanismos del molino eran muy primitivos, de ahí el valor histórico que tienen, aparte de las piedras o muelas y el rodezno, todo lo demás era de madera. Podemos mencionar algunas partes de la maquinaria que hacía funcionar el molino: el rodezno,l as piedras (muelas), la tolva, la caja (tambor) la criba (canaleja), el tocador (tarabillo) y el farnero. Cuando la tolva se quedaba sin grano, y las piedras continuaban funcionando se decía que andaba de “Rueso”.
Las piedras eran de cantería como allí decíamos (granito), piedra muy abundante en Fornillos y Moveros, tc., había algunas que las llamaban francesas, éstas hacían el harina más fina .Estas piedras eran redondas, con un aro metálico, a su alrededor tenían un rayado, era lo que molía el grano, este rayado con el tiempo se gastaba, y había que picarlas periódicamente. Para sacar la piedra de arriba se disponía de un artilugio en forma de media luna con una especie de uña por cada lado, se enganchaba en dos agujeros que la piedra tenía por los lados dándole la vuelta.
La Canal era una canal estrecha en forma de embudo por donde salía el agua con mucha presión que hacía funcionar el rodecno. El rodecno era una pieza circular con muchas aspas metálicas, fijada sobre un eje, que al caer el agua sobre él volteaba con mucha fuerza provocando el movimiento de las piedras. Las piedras se graduaban por medio de un tornillo, que con más o menos separación la harina salía más o menos granulada, la caja era una caja de madera circular que cubría las piedras, la tolva era un artefacto de madera donde se echaba el grano, que resbalando poco apoco iba cayendo en la criba, la criba era un cajón pequeño de madera donde caía el grano que venía de la tolva, tenia una tela metálica agujereada donde quedaban algunas posibles espigas o pequeñas piedras que podía tener el grano, el tocador era un palo redondo, dentado, enganchado a la vara del rodezno, que al rozar los dientes con el cajón de la criba hacía que el grano cayera alas piedras donde éstas lo machacaban, el farnero era un deposito escavado en el suelo y forrado con pizarras donde caía el harina que salía de las piedras.
Normalmente los molinos solían ser comunales donde varios vecinos tenían parte , unos tenían un día, otros tenían dos, y otros podían tener horas, por que normalmente en las herencias se repartían , para que todos los herederos pudieran moler.
Como ya he dicho anterior mente, los molinos si en breve no son rehabilitados, pronto solo tendremos el recuerdo, y pensando sentiremos en la mente, aquel. Tic- tac- tic- tac que era el corazón de los molinos.font>
Gumaro

LA CAPA ALISTANA

La capa alistana se usó en Lober, hasta la década de los años 70 aproximadamente, hoy ya prácticamente, desaparecida. Unas acabaron de espantajo para los pájaros en las viñas, otras las cortaban para hacer alforjas, o para poner de melenas cuando se uñian las vacas, y otras todavía los más cuidadosos las conservan como prendas muy valiosas; las podemos ver en la procesión del Viernes Santo en Bercianos, y en otras procesiones de la Semana Santa en Zamora.
La capa era una prenda usada mayoritariamente por los hombres, hecha de paño pardo casero, y tenía tres partes diferenciadas, la capucha de forma puntiaguda, la esclavina con flecos a veces con un remate llamado “chiva”, y la capa sin mangas, que llegaba casi hasta los pies.
Casi todos tenían dos capas, la ordinaria de cada día que se usaba para ir al campo, con vacas u ovejas, para quitar el frío o la lluvia, y la de las fiestas, que se usaba para ir a misa los Domingos y otros actos religiosos, antiguamente la capa se usaba no solo para quitar el frío, sino que se ponía siempre que se entraba en la Iglesia.
La capa en tiempos pasados se usó también como traje de boda de los novios, iban tapados de arriba a bajo que apenas se le veía la cara, y las novias con el manto de crista, eran las indumentarias de rigor para ésta ceremonia. También se usaba la llamada casca parda también, y hecha de mismo paño, pero con mangas, ésta se usaba como hoy se usa un abrigo, por la parte de Pobladura, La torre, y por esa zona se usaba también la “Jerga” hecha también del mismo paño, pero ésta era en forma de manta.
En Portugal por la zona de Miranda, aún se fabrican estas capas, la confección es igual ó muy parecida, pero el paño ya es de fábrica, no es casero como era el alistano.
Gumaro

La lengua alistana

En la comarca de Aliste, no siempre se ha hablado el castellano, anteriormente era el “Charro”,o en otros términos, el asturleones, era una mezcla de gallego, asturiano, castellano y portugués, hoy día, todos los que hemos nacido en Aliste, aun nos queda un acento de aquel charro, pero, aquel idioma se ha perdido para siempre.
En diferentes provincias españolas hay comarcas que tienen su propia lengua dentro de la misma región, y que, con el paso de los años, han sabido conservar, ó incluso la han enriquecido. En Aliste es todo lo contrario, la hemos dejado perder, como tantas otras cosas.
He aquí, algunas palabras que yo guardo, de algunas conversaciones oídas a las gentes de pueblos que hace unas cuantas décadas, todavía hablaban algo el charro:
En la feria del 15 en Rabanales, había un hombre que tenia unos vacios a vender, llega un comprador y pregunta: Caballero, ¿quien los vende? R. ui no me digais eso, por que el otrudie pola mañana se mos murió la burra y tenemos un disgusto mu grande, ontavia no semos ha pasau, ui que cueño...Bueno, canto quereis polos vacios. R. dos mil riales. P.ui....., por hai los hi visto, y no quieren tanto.R.Pero no seran tan buenos.P. Bueno, pa que veais que bolos quiero comprar, vos doy cin riales menos i si quereis chambar cambelos y si no dejelos. R. pues no volos doy; Bueno, peque la feria ya sesta estrupiando, porque comostá amenazando agua tolamañana, nusotros marchamos pa casa nosiendo que agarremos una chupa dagua, y dispues esa frescura simpre le sale a uno.
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Tí Justo, que andais faciendo......Ya facía mucho tiempo que no vos via. R Si, ya hacie, ya, es que i estau algo ruin i no salie mucho, P. Uei.... Jesus, sí peque teneis ontavia los ojos fundius. ...R. .Si, es que ontavia no ando bien, el oturdie diemos aconsulta, y me mando unas melecinas, ayer fuei el rapa a buscalas a la Villa. P. Y la tí MarÍa aunde la teneis... R..Bueno, la tí Maria en casa quedo, dié que dieba a masar, por que tiniemos un cuchino, que tamien habíe andau algo ruin, y lo dejemos havesi agradicie algo y hora lo quiriemos matar, y dijo que dieba a hichar unas uguazas, pa migar, pa facer unas morcillas, y unos torrejones pa los rapaces. Bueno tí Justo, haber si otro día que vos vea ya is arribau. Ala quedaivos con Dios.
Eeste era el idioma de nuerstras raices Alistanas....
Gumaro

LOS DUROS TRABAJOS DEL CAMPO EN LOBER.

Los trabajos del campo eran realizados por los hombres y mujeres indistintamente, unas veces solos y otras acompañados. Había trabajos que indispensablemente tenían que ser dos personas o más.
El recoger los cereales del campo, fue siempre la principal preocupación de los labradores, unas veces por miedo al fuego, otras por las tormentas, y ya con las mieses en la era, la preocupación más grande era la lluvia, siempre estaba el sufrimiento presente.
El cultivo de los cereales se hacía tradicionalmente a una “hoja”, con un sistema de año y vez, quedando un año sin sembrar hasta el año siguiente.
Después de abonada la tierra se sembraba a voleo, y se araba para tapar el grano. Esto era la sementera en el mes de octubre, anteriormente, se había hecho la rielva en marzo, y la bima ó “bina” a primeros de junio. En el mes de junio era también la siega de la hierba, se segaba con el gadaño “guadaña,” después de dejarla secar varios días se cargaba en el carro, y con el rastro se arrastraba para que no quedara nada en el prado. Para cargar el carro se necesitaban por lo menos dos personas, una a bajo para darla y otra arriba para componerla. El carro bién cargado, sobrepasaba por encima de los picones, y con unas sogas gordas echadas por encima que sujetaban la carga.
Con estas fechas de la hierba también coincidía la siega de la cebada, ya se había secado, y había que segarla y trillarla, había que ir al molino para hacer pienso, ya que los graneros se habían quedado vacíos y los cuchinos estaban cuincando en la corteja.
A primeros de julio se segaba el centeno , y a continuación el trigo, la siega hasta no hace muchos años se hacía manual con la hoz. Los segadores usaban “dediles”especie de fundas de cuero que se ponían para proteger sus dedos, y hacer la manada de mies más grande, a la izquierda se dejaban las manadas formando gabillas, y después se juntaban en manojos ceñidos com pajas de centeno llamadas ataderas ó garañuelas, y éstos se juntaban en montones llamados mornales ó morenas.
La comida era en el campo y a veces a pleno sol de julio, o también si había algún árbol o arbusto cerca se aprovechaba la sombra. El cántaro y la barrila para el agua, y el barril para el vino, eran siempre fieles compañeros de los segadores.
El día de Santiago se partían las eras, y el acarreo empezaba al día siguiente, los manojos se daban para el carro con el “urcon”, cuando el carro estaba cargado, se echaban unas sogas cruzadas y tensadas fuertemente para sujetar la carga por los largos caminos pedregosos y polvorientos. Llegando a la era se descargaba en grandes montones llamados “medas.”
A continuación venía la trilla, los trillos estaban formados por cuatro fuertes tablas juntas, y por debajo fuertes piedras de “siles”que cortaban la paja y desgranaban las espigas, el trillo lo arrastraba una pareja de vacas o de burros, en el trillo siempre iba una persona para hacer peso y recoger los excrementos de los animales. Durante la trilla había que dar varias vueltas a la parba con tornaderas, y cuando la paja estaba más fina, se daba con una pala de madera para sacar las espigas del fondo. Cuando estaba la paja desmenuzada se juntaba en un montón largo llamado parbón, en Lober se alineaban con la “Peña el Burro” de la sierra de la culebra, por que decían que entraba el aire más recto.
La limpia consistía en aventar la paja y el grano para separar éste de la paja, la limpia no requería mucho viento, para que no se llevara también el grano, el aire se llamaba portugués y el castellano. Cuando ya se había aventado casi toda la paja, se empezaba a sacar el grano con la pala de madera, era el Pejo, las granzas se pasaban por una ceranda o críba para separar el grano, el grano se juntaba en un montón llamado muelo, que después se metía en sacas hechas de lino para llevarlo al granero. El día que se recogía el grano se llamaba el día del gallo, por que ese día se solía matar algún gallo para celebrarlo. La paja era lo último que se recogía, se guardaba en pajares, la cual servía en invierno para envolver con pienso a las vacas y como abrigo en las cuadras para los animales .
Gumaro

El Intruejo

El Intruejo en Lober hasta los años1970,era muy diferente de lo que es en la actualidad, bueno en la actualidad no se de cierto si se celebra tal evento ó no, ya que eso son cosas de la juventud, y de juventud hoy en Lober hay poca.. Yo hoy boy a explicar un poco lo que era el intruejo en tiempos pasados. Este día, la gente mayor ya lo esperaba con anhelo, ya era tradición el toque al concejo por la mañana, el alcalde disponía y mandaba lo que se tenía que hacer, que cada año más ó menos era lo mismo: una parte de vecinos los mandaba a guiar el agua al valle de Balde el Mayo, y esparcir las boñigas y lo que es limpiar un poco el valle en lo que se podía, otra parte de gente la mandaba a arreglar algún camino, éstos trabajos solo duraban hasta medio día. Las mujeres se quedaban en casa haciendo los típicos dulces de este día, las “fiyuelas”, que eran huevos batidos con harina y azúcar, y la masa frita en la sartén, con aceite y manteca, después de fritas se le espolvoreaba más azúcar por encima. Cuando los hombres llegaban del concejo, era la hora de comer, ese día era ya a base de, cocido con chorizo, tocino, y algún hueso del espinazo, y de postre las fiyuelas, al día siguiente, ya no se podía comer nada de esto por que era tempora.
Por la tarde ya empezaba la fiesta, a medía tarde el Sr. Alcalde volvía a tocar a concejo, se juntaban los vecinos, mujeres y la mocedad, en la casa concejo, y el alcalde invitaba a todos a vino, y si las cuentas del pueblo andaban bien, también había aceitunas o escabeche, por que todo esto lo cargaban en las cuentas del pueblo.
A esa hora, también se empezaba a escuchar el fol y el tamboril, era la hora que salían los intruejos, los más pequeños no sabían donde esconderse de miedo, ya que los disfrazados eran irreconocibles, se enciscaban la cara con corcha quemada, se ponían una prótesis dentaria hecha de patata, y vestidos con andrajos, corrían detrás de las mozas para enciscarle la cara, y todos bailaban en “La Moral”, al son de la gaita y el tamboril.
Los intruejos a la hora, ó hora y media ya marchaban, pero la fiesta continuaba hasta cerca de la media noche. Los vecinos continuaban también tomando rodas de vino, y algunos de ellos cuando marchaban a casa, toda la calle era suya.
Al día siguiente era el “entierro la sardina”, y poca cosa era lo que se hacía, los mozos con una escalera y unas jaras encima tapadas con una manta, iban a enterrar la sardina, quemando trozos de pellejos y trozos de gomas y dando voces, pero ya no había ni baile, había entrado la cuaresma.
Durante toda la cuaresma, estaba prohibido hacer baile, no se bautizaba y tampoco había bodas, se tenía que esperar al día Pascua. Pero, no por eso, la mocedad dejaba de divertirse, los domingos por la noche salían a la “Moral”, punto de encuentro de toda la vida, y allí jugaban a las “Tierras”, a los “Casaos,” y a la “Guardadica”, y la juventud se divertía así.
Llegaba el día Pascua una de las grandes fiestas del año, para aquel día, casi siempre se esperaba algún pregón, y la víspera era el día de la famosa “Chisca”, que consistía en hacer una gran lumbre a la puerta de la que se apregonaba, quemándole casi todo el cabañal que tenían, luego salían los protagonistas del casamiento, invitando a la gente a pan y vino.
El día de pascua, siempre se formaba un gran baile en la Moral desde media tarde, hasta cerca de la media noche, había que recuperar todo lo de la cuaresma, el baile ese día se solía hacer con una música mas buena que un domingo normal: Faustino, con la dulzaina, y Paulino de Gallegos con bombo y redoblante, y así acababa la fiesta.
Gumaro

LAS BODAS EN ALISTE

Las bodas en Aliste en la actualidad poco se diferencian de las de cualquier otra parte, pero no siempre ha sido así, hoy trataré de explicar lo que era una boda en Lober ó en Aliste hace unas décadas, para que los más jóvenes tengan una idea como se casaron nuestros abuelos ó bisabuelos y un día lo puedan contar a generaciones venideras.
El día de la boda, desde muy de mañana los invitados estaban ya vestidos de rigor rural a la puerta de sus casas haciendo tiempo para los actos.
Cuando sonaba el primer cohete, los invitados se ponían en camino hacia la casa de uno de los protagonistas, el novio, y acompañados por el estruendo de los cohetes, los rapaces ilusionados corrían saltando paredes de los prados y cortinas persiguiendo la caída de las varillas.
La comitiva se reunía en el corral de la casa del novio, era el momento de tomar el aguardiente, cosa que los invitados no podían renunciar. Cuando se suponía que éste evento ya había terminado, y ya animados por el artesanal licor, se encaminaba la comitiva a la casa de la novia, presidida por el novio por el padre y el padrino.
Al llegar el acompañamiento del novio a la casa de la novia, las mozas invitadas cantaban los cantos de llegada:
Bienvenidos caballeros,
que esperando están por ella;
bienvenidos, bien llegados
sean todos los invitados.
Acabados los cantos, llegaba el emocionado momento de la bendición paterna. El padre siempre con emoción la despedía dándole su bendición, recordándole su vida en casa y diciéndole de la responsabilidad del cambio de vida, refiriéndose a la fidelidad a su esposo. Este era el canto de la bendición del padre:
Arrodíllate, niña hermosa,
en éste patio barrido,
que te eche la bendición
el padre que te ha querido.
Despídete, niña hermosa,
de la casa de tus padres,
que ésta es la última vez
que de ella soltera sales.


Después, todos los invitados juntos , y los novios con sus trajes regionales, llevando él sobre los hombros la típica capa Alistana, y ella el manto de “crista”, y se dirigían camino de la Iglesia acompañados también del gaitero, en ese día no faltaba nunca la gaita.
Las mozas continuaban sus cantares, refiriéndose al paso que iban a dar:

Mira, niña, lo que haces,
mira lo que vas a hacer,
que ese nudo que se hace
no se vuelve a deshacer.


El canto de éstos cantares, se iba repitiendo hasta llegar a la Iglesia. Al llegar a la puerta de la Iglesia, como era de costumbre tenía lugar la primera parte de la ceremonia. El momento más grave y Emocionante era el del “si” . Era el momento más sonado del día. En el momento que los novios decían “si quiero”,una verdadera tormenta de cohetes y bombas rompían el silencio de la mañana, ocho ó diez mozos prendían cohetes sin interrupción y se llenaba el aire de humo cogiendo la dirección del viento.

Después ya comenzaba la misa, y durante el ofertorio tenía lugar la tradicional ofrenda de la novia, unas velas en una cesta engalanada con un paño de lino que seguramente ella misma habrá hilado el lino, y el novio ofrecía una jarra de vino que también habría salido del sudor de su frente.

A la salida de misa todos le daban la “enhorabuena”, y emprendían el camino hacia la casa de la novia, ya después comenzaba la comida, había un menú tradicional, de entrada sopa de fideos a base de caldo de cocido, y no cabe duda que de bebida era el tinto vino de casa que con él se empezaba a animar la comida desde el primer momento, después venían los garbanzos, cocidos con la carne de los carneros sacrificados el día anterior, luego el plato fuerte; grandes trozos de carne cocida. Se servía en grandes cazuelas encima de las mesas provisionales que días ante habían preparado para tal fin, se ponía una cazuela cada ocho ó diez personas y todos comían del mismo recipiente.

El postre eran las típicas rosquillas de las bodas, que habían sido elaboradas por las mozas que habían sido invitadas, se lo hacían como obsequio a la novia, y las repartía la madrina.
Terminada la comida salían los novios e invitados, nunca faltaba la gaita y el tamboril todos juntaban su alegría entre la vueltas y revueltas de las jotas, baile charro, agarrao, baile llano, corrido.

Era tradición el baile de la medida el día de la boda, era un recipiente lleno de vino, y a su alrededor se movían los bailadores levantando sobre él las dos piernas, esto se hacía por la tarde a la hora de los “cachos”. Los cachos eran trozos de pan y vino que repartía la madrina y el padrino a toda la gente del pueblo. Después venia “el carro” se subían los novios y los padrinos encima de un carro, tirando los mozos de él y cantando.

Quien fuera gato ésta noche,
para entrar por la gatera
para dormir con la novia,
y echar al novio pa fuera.


Al día siguiente se hacia el segundo día de boda, que soila ser en domingo. Se hacía una comida de lo sobrante del anterior, y a media tarde el estallido de un cohete anunciaba el final de la fiesta.

Gumaro

EL LINO.

El lino formó parte de la economía y de la cultura de aliste durante yo diría que cientos de años ya que no se sabe bien cuando se introdujo ésta planta en la comarca de Aliste, pero yo diría que los celtas ya la cultivaban.
Hasta principios de los años1970 se cultivó el lino en Lober, y era una buena parte de la economía de nuestro pueblo, ya que de él se sacaba la mayor parte de la ropa que se usó hasta finales de la década de los años 1960, esta ropa también llevaba un composición de lana, otro de los motores económicos que daban sustento a la mayor parte de las familias.
De el lino se hacían ya desde tiempos muy antiguos, por ejemplo las camisas de los hombres, manteles, sacas para meter el grano, alforjas para las caballerías, también se usaba la hebra del lino para las espitas de las cubas. Hoy todavía se conservan en los baúles de muchas casas, de las mujeres más cuidadosas, y con aquel fuerte olor a alcanfor muchas de éstas apreciadas prendas.
El lino era muy trabajoso desde que se sembraba hasta el final de la elaboración, se empezaba por trabajar la tierra, la cual tenía que estar en muy buenas condiciones, fina y sin terrones, se sembraba por el mes de abril en un sitio con suficiente agua para regar, después había que entresacarle la hierba que nacía y regarlo periódicamente cuando tenía falta.
Había dos clases de lino, uno se llamaba abertizo y el otro cerradizo, a la hora de la recolección había que vigilarlo por que el abertizo se le abría la vaina y se perdía la linaza sino se arrancaba a tiempo, y el cerradizo no se abría, ese se tenía que mayar para sacar la linaza. La linaza se guardaba alguna para la siembra del año siguiente, otra se guardaba para medicina de remedios caseros,(para cataplasmas para curar catarros,) la sobrante se vendía a los linaceros que pasaban por los pueblos comprándola, si se quería cobrar alguna perra gorda más, se iba a vender a la feria del Cristo de San Vitero el día 14 de septiembre.
El lino se elaboraba con gran trabajo, después de arrancarlo en el mes de junio, se sacaba la linaza, luego allá a finales de agosto se llevaba a curtir: se tenía unos 21 días tapado de agua en el río, después se sacaba y se dejaba secar bien, a finales de octubre se mayaba , que consistía en machacarlo encima de una piedra (poyo) para romper el tallo de la hebra dándole golpes con una mayadera, luego se espadaba, consistía darle golpes cociéndolo en manadas poniéndolo encima de una tabla clavada de punta en un madero, (fitera) y dándole con la espadilla, (forma de cuchillo grande de madera,) con ésta operación se separaba el tallo de la hebra, la hebra quedaba en la mano y el tallo caía al suelo (tascos.)En ésta operación ya nos quedaba solo la hebra, después venia el rastrillo, se peinaba la hebra con un artilugio de madera con púas de hierro en el centro y conseguíamos una hebra aún más fina, de ésta hebra ya se hacían los cerros, que era lo que se iba. Luego ya se ponía el cerro en la rueca y se hilaba. Yo trabajé en una fábrica de tejidos, y cuando elaborábamos lino se dejaba el tejido con un 10% de humedad, de hay que cando nuestras madres o abuelas hilaban el lino tenían que ir mojando el hilo con saliva tal como se iba empezando ha hacer el hilo para que éste quedara más suave. Una vez hilado se hacían las madejas con la naspa, (aspa) que era un artilugio de madera con cuatro aspas y una manivela que dando vueltas se hacían las madejas. Hechas ya las madejas se cocían éstas en potes grandes con ceniza de fresno para que quedaran más blancas, después de cocidas con otro artilugio llamado argadillo se hacían los duvillos (ovillos) y ya quedaba el lino a punto para ir al telar. Los telares que han existido en ésta comarca son primitivos, hoy ya son piezas de museo, en Lober todavía se conservan varios de éstos telares, igual que en la mayor parte de la comarca. Para confeccionar las prendas de éste tejido que éstos telares hacían, había las llamadas costureras, mujeres que se dedicaban a coser por las casas, en una casa cosían un día , en otra una semana, dependiendo siempre de las prendas que tuvieran que hacer, pero siempre cosido a mano, más tarde ya había máquinas de coser y cada mujer se hacía sus prendas.
Las mujeres siempre eran las que cargaban con éste duro trabajo, desde que se sembraba el lino hasta que se hacían las prendas, el hilado requería mucho tiempo, se reunían para hilar en los llamados hilandares, yo recuerdo que en casa de mi madre había un hilandar, comenzaban a finales de octubre y acababa el día de las candelas que hacían una cena, que solía ser botillo con arroz,
!!bien merecida se la tenían!!. el hilandar comenzaba sobre las ocho y media de la noche hasta las doce aproximadamente, en aquellos años aún no había luz eléctrica, y lucían con la pobre luz de un candil de aceite o de petróleo, al humor de la lumbre y siempre contando alguna historia, o algún suceso ocurrido en el pueblo o en la comarca.
Esta es la historia del lino, aunque aún me podría extender algo más con lo del hilandar y otras anécdotas que ocurrían.
Gumaro

YO TAMBIÉN SOY DE LOBER

Yo nací en Lober y me bautizaron en la Iglesia de Santa Marina, en cuya torre, la cruz ya no existe porque una malvada tormenta se la arrebató en el mes de septiembre del año 2007. Yo, cuando era un niño, también iba a jugar a la Moral con alguna pelota hecha por nosotros mismos con trozos de goma por dentro y con hilo de lana por fuera, o con algún camión hecho con un trozo de madera y una lata de las sardinas.
Yo también era de los que iban por las calles de Lober corriendo detrás de un aro, guiado con un artilugio hecho de alambre y un palo llamado gancho. Yo también era uno de tantos niños que todas las tardes ibamos a buscar agua con los cántaros al chariz de la era. Yo también fui a la escuela con Dª Casiana y el Sr. Pedro y jugábamos en la plaza de debajo de la escuela durante el recreo. Yo también, los días 18 y 19 de septiembre, compraba chirrilletes y petardos al Araujo y a Santiguiñas, con las pocas pesetas que conseguíamos para la fiesta de nuestros padres. Yo también pagué la media para ser mozo y poder estar en la calle después de que tocaban a la oración.
Yo también iba a echar la partida los sábados por la noche a casa del tío Sidoro. Yo también bailé en la casa concejo los Domingos de aquellas oscuras noches de invierno, a la tímida luz del candíl de petróleo, al son de aquel viejo tamboril cuyas pieles habían sido arrebatadas a un perro y labradas por los mozos más habilidosos y que lo tocaban aquellas buenas mozas que había en Lober en la década de los años 60. Yo también era de los que volteaban las campanas las vísperas de las grandes fiestas y que echaban la ronda alrededor del pueblo cantando, acompañados por la dulzaina o el fol de Paulino. Y yo también fui uno, como tantos de Lober, que un día dejaron su querido pueblo y nos fuimos a otras tierras desconocidas mirando a ver si se encontraba algo mejor.
Hoy ya han pasado 36 años y yo, todavía, cada día, pienso en Lober.
Un saludo para Aliste y, en especial, para todos aquellos que, como yo, son de Lober.
Gumaro

AGRADECIMIENTO

Gúmaro da las gracias a todos cuantos hayan leído sus artículos. No es mucho lo que en ellos he aportado, a los mayores, recuerdos de sus maravillosos años en Lober, y en Aliste, a los jóvenes , tal vez alguna pista, y pudiera ser que en años venideros éstos artículos alguien los pueda ampliar.
Un saludo, y muchas gracias.
gumaroep@hotmail.com

miércoles, 3 de septiembre de 2008

40 años atrás...

Esta poesía la dedico a una niña de 15 años que conocí en Moveros de Aliste en el año 1968, que después de 5 años de novios nos casamos el día 18 de agosto de 1973, hace 35 años.

Una tarde de abril,
por primera vez estaba
en el pueblo de Moveros
y con una quinceña bailaba.

El mes de abril ya pasaba,
y el mes de mayo llegaba,
y yo a Moveros no iba,
por que en Lober arando estaba.

El mes de mayo pasaba,
Y el de junio ya llegaba,
y yo a Moveros no iba,
por qué en Lober segando estaba.

El mes de julio pasaba,
Y el de Agosto ya llegaba
Y grande fue mi disgusto,
Por qué la moza que yo bailaba,
en Moveros ya no estaba.

Se marcho pa Barcelona,
La gente así comentaba,
y yo con gran disgusto,
a Lober yo regresaba.

No paraba de pensar,
en aquella moza guapa,
que el 27 de abril
yo con ella bailaba.

El mes de agosto pasó
Y el de septiembre llegaba,
Y en la fiesta de Lober
con Nati yo me encontraba.

Con ella yo fui a bailar,
para poder preguntar
por aquella moza guapa,
que yo en Moveros bailaba.

En la fiesta de Lober,
sólo con Nati bailaba,
haber si me podía dar,
las señas que yo preguntaba.

Por eso no te preocupes,
Nati me comentaba,
las señas yo las conseguiré,
aunque a mí me cuesten caras.

El día 10 del mes de octubre,
por Moveros yo pasaba,
y aquella chica tan buena,
las señas a mí me daba.

No pasaron muchas horas,
que yo escribiendo ya estaba,
a aquella quinceña guapa,
que yo en Moveros bailaba.

Los días largos se hacían,
y los meses no pasaban,
al ver que aquella quinceña,
que a mí no me contestaba.

Casi un año pasó,
yo, desesperado estaba,
al ver aquella quinceña,
que a mí no me contestaba.

Un día del mes de junio,
uñendo las vacas yo estaba,
cuando pasó el cartero,
y a mí una carta me daba.

Grande fue mi sorpresa,
cuando el remite miraba,
por que aquella carta era,
de aquella quinceña guapa.

Des aquel día, todo cambio,
yo aquella carta guardaba,
al ver que de mí se acordó
aquella quinceña guapa.

Ya en el mes de julio,
la siega ya comenzaba,
y yo deseando estaba,
que el verano se acabara.

El verano se pasó,
y yo sólo me preguntaba,
el día que volveré a ver,
aquella quinceña guapa.

Pasamos todo el invierno,
cada semana dos cartas,
ya no podíamos pasar,
sin saber que nos pasaba.

Llega ya el mes de abril,
y el ejército me llama,
siento tener que ir,
y dejar mi novia guapa.

Llego ya al campamento,
contenta ya tengo el alma,
pensando que en 15 meses,
veré la quinceña guapa.

Quince meses duró,
aquella pesadilla larga,
sólo con el consuelo,
que me daba con sus cartas.

Al cabo de 15 meses,
aquello ya se acababa,
pensando que estaría al lado,
de aquella quinceña guapa.

El día 15 de julio,
a Malgrat yo ya llegaba,
para no separarme mas
de la quinceña que bailaba.

Trabajando estuve un año,
al lado de mi quinceña del alma,
y el día 18 de agosto,
en Moveros me casaba.

35 años han pasado,
de aquella boda tan blanca
y aunque hoy ya no es quinceña,
la quiero con toda el alma.

Malgrat Gumaro.
de Mar,3 de septiembre de 2008