miércoles, 30 de septiembre de 2009

Medicina natural en Aliste

Algunas hierbas que de usaban como medicina en Aliste.

LAS MALVAS: con su alto porcentaje de "mucilágo"se usaban el agua de las hojas y la flor cocidas como calmante y desinflamatorios de heridas infectadas.

LA SALVIA: Como su propio nombre indica SALVIA ="Salvar" Usada en infusión, útil para hacer garuaras en la infección de las encías. Tambien conocida como estimulante de la fecundidad femenina.

LA LINZA: Se usaba hervida en cataplasma en el pecho para los estados agudos de tos. Hoy se sabe que la linaza controla el colesterol y ayuda a perder peso.

LA MANZANILLA: En infusiones ayuda en los problemas digestivos, y estados de desanimo, para infecciones en los ojos lavan dolos con este agua entre otros.


EL LANTEN: Para curar catarros, bronquitis, y la ronquera, y ayudar a la expectoración.

LA CEBOLLA: Usada asada y aplicada en cataplasma para curar quemaduras, cortadas infectadasy furúnculos.

EUCALIPTO: Se usaba generalmente para hacer inhalaciones externas para mejorar la respiración en estados gripales.

VINAGRE: Aparte de ser usado como condimento para las ensaladas, se usaba rebajado con agua, y añadiendo un puñado de sal para dar baños a los pies cansados, tambien el mismo baño como desodorante para los pies.

LA HOTELANA: Tomada en infusión, para el estomago y los nervios, y masticada para calmar el dolor de muelas.

LAS ORTIGAS: Son numerosas las própiedades de esta plantaa: Ortigas toenen própiedades de detener hemorragias, aligera el quemazón de las urceras, va bien para la reuma, es diuretuca y depurativa. Se puede usar para hacer tortillas, se puede comer como verdura, siendo las hojas las mas aprovechadas, ya que el tallo relta demasiado duro.

LAS AMAPOLAS: Infusión de amapolas para el insomnio:
En un litro de agua hirviendo poner una decena de cápsulas de amapola (habiendo separado primero las semillas). Dejar reposar un mínimo de quince minutos. Tomar dos o tres cucharadas mezcladas con leche antes de acostarse.
CONTINUARA.....

lunes, 14 de septiembre de 2009

ATRÁS QUEDARON LAS NOCHES Y DÍAS DE AGOSTO EN ALISTE

Con el comienzo del curso 2009-2010 dejamos atrás un caluroso verano, quizá uno de los más calurosos, aquellas noches sofocantes de los días que estuve en Guadalajara, menos mal que la podíamos combatir dentro de la piscina. Después en Aliste se pudo respirar un poco de fresco, ya de por sí, casi ya normal en las noches alistanas, pero que después vinieron varios días que se superaron los 35Cº. Fueron frecuentes los incendios provocados durante casi todo el mes y algunos de tales dimensiones como el que se inicio en la Torre el día 23 de agosto, que después se extendido por Cabañas teniendo que evacuar la totalidad de los vecinos por el peligro que suponía la inhalación del humo.

Atrás quedaron también las meriendas populares de las fiestas de Moveros y Lober mientras se merendaba escuchando los gaiteros, y recordando anécdotas de nuestros primeros años de juventud.

También se quedo atrás la ya tradicional cena anual en el restaurante de Moveros entre las parejas que más o menos frecuentábamos aquellos paseos por la carretera de de finales de los años 60 y primeros de los 70, y que después bailábamos en la plaza las canciones de Manolo Escobar con el tocadiscos de Pepito y de Manuela, o al son de la flauta y el tamboril de “Ti PARÍS”, sí, sí, del ti París he dicho.

También pasaron las noches de tertulia al freso sentados en el poyo de Francisco, con Claudio “Cabito”, Flora y Aurora, y que sobre todo cuando hablábamos de política no lográbamos nunca ponernos de acuerdo pensando cómo piensan aquellas mentes tan “retorcidas”, aunque en política cada uno tenemos nuestras ideas, y… que más , nada mas faltaría que todos estuviéramos de acuerdo en todo, entonces ya no habría debates en el congreso y no tendríamos que “pagar a tantos diputados”.

Con la llegada del otoño tendré una nueva nieta que aún no sabemos el nombre, esta será “alcarreña”, y por tanto haremos un viaje a la comarca alcarreña, que esperamos que ya no haga tanta calor como el pasado agosto.

Con la llegada del nuevo curso comienzan a caer las ya pálidas hojas de los árboles, y en pocos días ya estará el castañero en la plaza de la Iglesia vendiendo castañas y moniatos, ¡¡¡que buenos están estos últimos!!! cuando se comen calientes que bajan quemando la gorja a bajo con un trago se buen “Vi novell” que este año llegará pronto por adelantarse la vendimia.

También comenzaré un curso de informática el día 21 que me tendrá ocupadas algunas tardes hasta el mes de junio. Hay que ver, como decían en mi pueblo: “De viejo, gaiteiro”

14-09-2009, Gumaro

sábado, 12 de septiembre de 2009

Curiosidades de las Abejas

Ya sabemos que el mundo de las abejas está lleno de curiosidades, y muchas otras cosas que la ciencia humana aún no ha llegado a descubrir.

Sin ir más lejos este verano se me ocurrió una idea después de observar las abejas todas las mañanas y todas las tardes en las flores de dos macetas en plena floración que yo tenía por los alrededores de mi casa. Eran unas plantas silvestres, pero que domesticadas en macetas y si no les falta humedad se cargan de flores, las cuales mas bien, se cierran durante el caluroso día y se abren al atardecer, durante la noche, y continúan abiertas con el fresco de la mañana hasta que el sol como a todo hijo de vecino durante las calurosas horas del día lo encierra en casa.

Pues contemplando a estos dulces insectos que acudían al atardecer la labiar las flores, pude comprender las escasas horas que descansan, aprovechando que estas flores sólo estaban abiertas algunas horas, pues podía verlas hasta ya bien oscurecido y ya casi entrada la noche cuando desaparecían, pero por la mañana como las flores continuaban abiertas, cuando venía la luz del día los incansables insectos ya revoloteaban de flor en flor.

Un día pensé de llevar estas dos macetas a mis colmenas, pensando de que como en el mes de agosto más bien escasean las flores por todos los sitios, pues no le vendría mal tener un par de macetas cargadas de flores al lado de la casa de mis abejas. Al mismo tiempo pensé también qué, aunque no tienen el agua muy lejos, pues no les vendría mal tener unos recipientes de agua al lado de las colmenas, y así lo hice. Una vez que ya había colocado las macetas de flores en las colmenas y dos recipientes de agua limpia del pozo del arroyo, pues me quede allí durante un rato observando lo que los dulces insectos hacían, pero pude comprobar que durante el rato que estuve, y las flores continuaban abiertas, que ni una sola abeja se había parado a labiar una sola flor, ni tampoco acudieron a recoger agua limpia a los recipientes de que yo con todo cuidado le había preparado. Todo esto me hizo pensar, yo sabía que esas flores le gustaban a las abejas, por que cuando las tenía en casa veía que eran muy apreciadas. Por la tarde volví, y allí me pasé otro rato observando, pero las abejas pasaban volando por encima de las flores y no se paraba ni una.
Después de pensar toda la noche, por la mañana me levanté temprano y volví a las colmenas haber si se habían decidido a posarse en las flores, y efectivamente, las abejas ya labiaban las flores y se paraban a recoger agua de los recipientes.

Yo no soy un experto en apicultura, pero comprendo que las abejas no se paraban a labiar las flores y a recoger agua por que las exploradoras no habían tenido tiempo de avisar a la colonia de que allí estaban las flores y el agua, y es que, las abejas no saben por sí solas donde se hallan las flores.

Para eso estan las exploradoras. Las exploradoras son abejas que localizan flores con su olfato especial, y sus potentes ojos capaz de ver radiaciones ultravioleta, cosa que las abejas meliferas no pueden detectar sin la ayuda de esas especialistas. Cuando las exploradoras regresan a la colmena, avisan a la colonia de lo que han encontrado por medio de diferentes danzas y sonidos.

La reina vive unos tres años aproximadamente, sólo se aparea una vez en su vida en la danza nupcial, su misión es única y exclusivamente poner huevos que se encuban cada 21 días, y se alimenta de jalea real. Las abejas melíferas tienen una vida mucho mas corta, duran entre 6 u 8 semanas, de ahí que la reina tiene que poner muchos huevos en su vida para mantener la colonia activa. No creo que al día de hoy se hayan podido calcular los huevos que pone una abeja reina en su vida, teniendo en cuenta que tambien ponen huevos para alimentar la colonia en caso de que les falte alimento.

Las abejas disponen de un aguijon recto provisto de pequeños dientes microscópicos de manera que, cuando lo introducen queda anclado al objeto que lo introducen. Al intentar sacarlo se desgarra parte de su abdomen y muere al poco rato.

La "Pitoxina" que es el veneno que la abeja segrega, tiene una fuerza antiinflamatoria 100 veces superior a la "Cortisona" y se puede aplicar a muchas enfermedades que afectan a los huesos y a las vias respiratorias. De ahí, cuando nuestros ancestros decían que las picaduras de las abejas eran beneficiosas para el reuma.

Mucha gente confunde la picada de una abeja con la de una avispa. La picadura de una abeja produce una sensación como la picada de un mosquito. La picada de una avispa es mucho mas dolorosa, esto lo digo por la experiencía que tengo en las picaduras de ambas.
12-09-09 Gumaro

viernes, 11 de septiembre de 2009

Como yo hacía cabrear a mi padre...

Mas o menos por estas fechas, o por los días de alrededor del Cristo, o más bien dependiendo de cómo viniera el año comenzaban a madurar las uvas y los pájaros comenzaban a picotearlas, y algunas veces también acudían pajarracos que ni siquiera tenían alas, pero cuando se enseñaba uno de estos pajarracos el destrozo era grande, por que se llevaba en el saco y en el papo.

Mi padre siempre atento a la viña, casi cada día se daba una vuelta por allí para mirar que esto no sucediera, al mismo tiempo que frecuentaba la viña, pues los depredadores no acudían al saber que mi padre podía estar o no escondido en el chozo.

Un día, yo pensé y dije, voy a cabrear a mi padre, y me puse a registrar entre los atafales donde yo sabía que tirábamos las cholas y las albarcas viejas, para alomejor algún día utilizarlas para remendar otras viejas.

Pues buscando entre los atafales encontré unas albarcas medio desarmadas pero que tenían buena goma y el dibujo del piso en buenas condiciones que en definitiva era lo que lo pretendía.

Entonces yo vigilaba a mi padre cuando él iba y venía de la viña, cuando yo veía que mi padre llegaba de la viña, yo cogí las albarcas envueltas en un saco y marché para la viña, llegando allí me les puse y di una vuelta por toda la viña dejando las pistas bien marcadas, para que mi padre se diera cuenta de que alguien extraño andaba por la viña.

Al día siguiente el buen hombre se dio cuenta de que alguien le andaba en la viña al ver las pistas de las albarcas que yo había dejado marcadas. Entonces empezó a investigar haber de quien eran las albarcas que dejaban marcadas aquellas pistas. Durante días estuvo vigilando a todos los del pueblo que llevaban albarcas haber si las pistas coincidían con las que yo dejaba marcadas en la viña. Yo estuve repitiendo la operación durante días con dichas albarcas, y después de pasear por la viña las dejaba guardadas en un saco escondido entre unas escobas que había a la punta de arriba de la viña, y mi padre rompiéndose la cabeza y pensando que de quien serían aquellas pistas que no encontraba ni rastro ni aun cuando ya había observado todas las albarcas del pueblo. Todas las noches en casa no se oía más que esta conversación, pero yo sin darle importancia a la cosa nunca decía nada.

Pero mi padre que de tonto no tenía nada, y siempre observaba, por eso de que el demonio sabe más por viejo que por demonio, pues un día se puso a mirar por debajo de las escobas donde yo tenía las albarcas guardadas en el saco, cuando de pronto vio el saco, y dice: quien coños ha traído aquí este saco, si este saco es nuestro, cuando cogió el saco y vio que dentro del saco estaban las albarcas que el mismo había cosido con alambres muchas veces y eran las que dejaban las pistas en la viña. Como yo ya había hecho tantas travesuras no dudó que el de las albarcas era yo, y después decía: Ya yo había sospechado que todos los días alguien entraba en la viña, pero veía que no me faltaban uvas, por eso me daba que pensar, y mira tú el cabrón del rapa este……
11-09-2009. Gumaro

jueves, 10 de septiembre de 2009

Algunos recuerdos de mi infancia

Ya quedaron atrás aquellos lejanos años 50, los años de las cholas en invierno, de las albarcas en verano, pantalones cortos de pana, de las rodillas esmurriadas por las continúas caídas en las embarradas calles de nuestro pueblo.

Años aquellos en los que jugábamos a la píngula, al chito, a la tajuela. Tirábamos piedras con la onda construida por nosotros mismos, tirábamos flechas con el arco hecho con una vara de fresno y una cuerda, las pelotas para jugar al frontón en la pared de la iglesia hechas con cualquier trozo de goma y hilo de lana, mientras que nuestras madres interrumpían nuestro trabajo cuando nos llamaban a voces para ir a hacer alguna jera, como ir a buscar algún saco de paja o ir a llenar la barrila de agua al charíz de la era.

Era una costumbre que teníamos los rapaces cuando un camión o coche llegaba al pueblo, de ir corriendo detrás de él, incluso subirnos encima si se podía. Muchas veces pienso que como no pasaría algún accidente al subirnos y ir el camión en marcha y nosotros colgados en el. Los camiones que frecuentaban el pueblo en aquellos años no eran muchos, y solía ser en verano, ya que en invierno podían quedar atascados en el terreno pantanoso, más de una vez tuvieron que sacar alguno con alguna pareja de vacas, no había carreteras, si mal no recuerdo, en Aliste sólo había la N 122, y no siempre tenía buen firme. Los camiones que más frecuentaban el pueblo y casi los únicos era el camión de Colino de Fornillos, y el camión de las gaseosas de Ceadea. A mí, en particular le gustaba mucho ver las roderadas de un camión o coche cuando quedaban marcadas en el barro, incluso las iba a tocar y decía: voy a mirar a haber si todavía están calientes, y es que a mí los coches siempre me han gustado y me continúan gustando.
Pocas veces se veía por Lober alguna moto aparte de cuando venía el secretario del ayuntamiento D. Tomás con su Osa, o el ti competidor con su Guzzi, y cuando llegaban al pueblo, nos quedábamos todos los rapaces alrededor mirándolas con unos ojos como platos y comentando lo que era el carburador, y el tubo transparente por donde se alimentaba de gasolina.

Mas fácil era ver a algún forastero cuando llegaba con su bicicleta, la cual no dejaba de ser un vehículo de trasporte usado por todos los que estaba a su alcance, y igualmente los rapaces, cuando llegaba uno con este medio de transporte al pueblo nos volvíamos locos corriendo tras de él.

En Lober, yo siempre tuve de rapá la fama de ser un travieso, y ya que estamos hablando de bicicletas, pues contaré una anécdota que ocurrió con la bicicleta del Veterinario un día del mes de noviembre del año cincuenta y tantos un día que vino al pueblo: Como siempre, cuando llegaba al pueblo una bicicleta, pues los rapaces a correr detrás, yo seguramente el más atrevido de los que íbamos allí , me agarre al portabultos de la bicicleta y le dije al veterinario: “Bájate de esa bicicleta que lo mismo es mía que tuya” y el veterinario se cayó rodando de la bicicleta, y quedó lleno de barro, el cual se levantó del suelo rápidamente preguntado: Haber,¿ quien es el padre de este muchacho? ¡¡Ese tiene que pagar por lo que este niño ha hecho!! Exclamaba el veterinario. No tardo mi padre en enterarse del suceso, y le oí que dijo: ¡¡¡Qué vergüenza!!! Que el mi rapá haya hecho eso, a este hoy le mullo los huesos. Yo marche corriendo por la Patera hacía el Carrascal, y mi padre detrás al mismo tiempo que me “afumaba” el perro para que me cogiera. Me cogieron por el Carrascal. Todavía hoy parece que me duelen los vergajazos que me dio.

Y ya que me he puesto a contar las travesuras de mi niñez podía continuar contando muchas más, como cuando unte las cadenas de las campanas con excrementos y Eloy de embostonó y luego a mí me dio unas “ hostias “ el cura y luego me hizo confesar el pecado. Otra cuando le arranque los pimientos a Nicolasa que tenía el semillero en un montón de estiércol en el “Furmiguero”. O también cuando le maté los pollos de una gallina recién sacados del huevo y que eran de Mariana.

Y así podía continuar contando muchas más, pero puedo asegurar que nunca lo hice con malicia, creo que más bien pecaba de ignorante, y lo que sí puedo asegurar es que por todo eso pagué. Muchas veces pienso que fui travieso y pague caros mis errores, y por eso debió ser que de mayor no recuerdo haberme salido nunca de mi cauce, aprendí de mis errores, llegue a mayor con temor, porque recuero que el vergajo dolía mucho.
10-09- 09 Gumaro