lunes, 26 de octubre de 2015

ALISTE TIERRA DE SABOR


Ya han pasado más de cuarenta años que abandoné mi pueblo natal Lober de Aliste, un pueblo situado en la comarca zamorana de Aliste entre la Sierra de la Culebra y la franja fronteriza con Portugal, por su término trascurre el río Mena a un kilómetro aproximadamente del núcleo del pueblo. 

A su paso por el término de Lober, el rio Mena transcurre por  un escarpado terreno por lo que en su margen tanto derecho como izquierdo apenas queda una estrecha franja de terreno de césped con prados frescos y abundantes chopos y alisos, y como terreno de regadío pequeños minifundios en su parte derecha aguas abajo sin apenas reconocimiento agrícola.

Lober dispone de enormes praderas comunales, entre las que podemos citar principalmente Valdelmayo, Valdecarbayo, El Campetón, “Praus de Alvaro” así como otras de menor tamaño. Todos estos terrenos comunales producen abundantes pastos en primavera  con algunos manantiales que aportan agua a bebederos para el ganado vacuno y ovino. Cuando yo vivía en Lober, estos terrenos producían pastos para alimentar unas 300 vacas y unas 2000 ovejas, hoy con el éxodo rural apenas quedan cuatro o cinco vacas y un rebaño de ovejas que  no llegan a 200.

En cuanto a la agricultura, Lober dispone de tierras fértiles capaces de producir trigo en su mayoría, siendo aprovechadas las tierras más agrestes y pedregosas para sembrar centeno destinado a pienso para el ganado principalmente para el vacuno. Las tierras más bajas al lado de valles y arroyos eran destinadas como huertas para sembrar patatas, garbanzos, berzas remolacha y otros productos hortícolas. Muchas de estas tierras disponen de pozos poco profundos, que proporcionaban agua para el riego, mayoritariamente el agua se extraía con un cubo por medio  de  unos artilugios confeccionados con unos palos llamados “cigüeñales” que facilitaban el esfuerzo físico a la hora de extraer el agua. Por norma general la producción hortícola de cada vecino no pasaba del consumo familiar, si bien sobraban patatas, y también se vendían garbanzos y alubias, pero siempre en poca cantidad.
                                             Agricultor alistano en su plantación de tomates



Todos estos productos hortícolas eran producidos naturalmente y sin abonos minerales, simplemente se aprovechaban los recursos propios, el estiércol del ganado y la ceniza. Al ser  el clima alistano un clima de crudos inviernos. A parte de los depredadores de productos de la huerta como pueden ser las diferentes variedades de pájaros, la huerta estaba prácticamente exenta de otras plagas, si bien el  escarabajo de la patata era el más temido (hoy ya casi extinguido) En cuanto a la viña, Lober siempre fue un pueblo con viñas que producían vino para las exigencias de las familias de aquellos años casi siempre numerosas. Todavía hoy en Lober se conservan viñas centenarias que continúan produciendo vino para el consumo familiar.

Todos estos productos tanto de la huerta como mismamente la carne tienen un sabor inigualable, que solo los que vivimos fuera de Lober sabemos distinguir cuando vamos al pueblo, la diferencia de comer una ensalada de lechuga, o unos tomates, pimientos, un caldo de garbanzos o berzas. Son productos naturales criados de una manera natural en un entorno libre de contaminación lo que da ese sabor que nada tiene que ver con los productos de verduras que nos llegan de otras tierras criados de una manera artificial.




Todas estas peculiaridades, a mi particularmente me hacen pensar que en nuestra comarca alistana, la agricultura y la ganadería tiene  capacidad de incentivarnos para que podamos volver a nuestras raíces para sacar al mercado la calidad, el sabor y el prestigio de todos esos productos que por ser de alta calidad podían alcanzar en el mercado la confianza de los consumidores más exigentes.

Pero para poder llevar acabo un proyecto como este se debería comenzar por “concentrar”,  Hoy, no se pueden seguir trabajando los minifundios en los que antiguamente sembrábamos lino, hay que hacer parcelas grandes donde se puedan hacer plantaciones que nos permitan sacar una producción diaria para llevar al mercado, en estas parcelas se debieran perforar pozos sondeo con sistemas de riego automático. En Lober, en la actualidad disponemos de entre 15 o 20 pozos sondeo todos ellos con abundante agua, por lo que es de pensar que las tierras de nuestro pueblo tiene una capacidad de agua subterránea suficiente para las necesidades de poder regar todas las tierras como huerta que hasta ahora solamente se han utilizado para sembrar trigo.

Por otra parte sería necesario ganarnos un mercado por medio de una operativa con franquicias en Mercamadrid que tiene un mercado de 2000 000 de clientes capaces de consumir todo el potencial hortícola productivo de toda la comarca alistana.

Aliste necesita tener buenos equipamientos de transporte entre los pueblos y acabar la A.11 hasta la frontera portuguesa. Yo  estoy convencido que si no se toma mano en un desarrollo como este, la comarca alistana tiene fecha de caducidad. Todo esto necesita iniciativas, tiene que haber gente que se mueva, que de a conocer nuestros productos.

Este año Rafita de Lober ha tenido la iniciativa de plantar una plantación de tomateras, y por lo que tengo entendido, ha tenido éxito tanto en la producción donde ha sido capaz de producir tomates hasta de 1.400. como en su venta que ha sido capaz de introducirlos en una tienda de Madrid, donde estoy seguro que quien este año ha probado esos tomates, al año que viene repetirá.


Gumaro, 26 de Octubre de 2015