sábado, 17 de julio de 2010

LOBER

Todas las noches que sueño,
por algo debe de ser,
estoy durmiendo en Moveros,
y solo sueño con Lober.

Todos los días del año,
por la noche tomo té,
para estar más horas despierto,
y dormirme pensando en Lober.

Eres pobre y tú lo sabes,
yo de tus tierras marché,
pero no queda ni un día,
que yo no piense en Lober.

Fueron 24 años,
los que tus tierras pisé,
arando y guardando ovejas,
hasta el día que me marché.

Hoy estoy jubilado,
a tus tierras quisiera volver,
y pasear  por las calles,
que a mí me vieron crecer.

Cuando voy llegando al sierro,
mi pueblo comienzo a ver,
y me da hasta escalofrío,
por que mi pueblo me ve.

Recuerdo los años 50,
como si fuera e día de ayer,
las calles llenas de niños,
hoy solo viejos se ven.

Contigo tengo una deuda,
no sé si pagarte podré,
pero has visto que año tras año,
a ti siempre te he ido a ver.

Continuara............

Gúmaro, 17 de julio de 2010

lunes, 5 de julio de 2010

A MI MAESTRA


Hoy yo quiero recordar,
aquellos mis años de niño,
en la escuela de Lober,
con mucho orgullo y cariño.

Era el año 50,
cuando a Lober llegaba,
la maestra del pueblo,
y tenía por nombre Casiana.

Su marido el Sr. Pedro,
por las calles paseaba,
mientras su mujer Dñ Casiana,
de los niños se ocupaba.

Catorce años estuvieron
en la escuela de Lober,
enseñando lo que sabían,
era como debía ser.

A los 6 años comencé,
hasta los 14 cumplidos,
y día a día a mi me enseñaba,
igual que a todos los niños.

Su marido el Sr. Pedro,
hombre culto y complaciente
siempre nos explicaba cosas,
que aún yo llevo en la mente.

Nuncaca tuve otra maestra,
solo ella me enseño
lo poco que aprendí le debo,
ella nunca me engaño.

De su marido el Sr. Pedro,
también aprendí alguna cosa,
la experiencia de su vida,
siempre estaba en su boca.

Ella me enseñó las letras,
también me enseñó a sumar,
a poner puntos y comas,
y la tabla de multiplicar.

La recuerdo comodona,
pues siempre a las rapazas mandaba
a lavar ropa al arroyo,
mientras con las vecinas hablaba.

También a los rapaces más grandes,
siempre trabajo les daba,
cuando el Sr. Pedro no estaba,
a picar leña nos mandaba.

Nunca hubo quejas de ella,
en el pueblo bien se portaba,
también en las noches de invierno,
a los mozos clases daba.

Siempre fue muy vividora,
puntada sin hilo no daba,
siempre una cosa u otra,
a los vecinos les sacaba.

Unas veces las patatas,
otras vellones de lana,
algunas veces los garbanzos,
y las hebras de la matanza.

Cochinos nunca mató,
pero en su cocina siempre había,
varales con las chorizas,
y lomo metido en tripa.

Cuando las mujeres amasaban,
un poco más de harina echaban,
para hacer una hogaza más,
ay con Dñ. Casiana…....

Con todo lo que estoy diciendo,
no quisiera molestar,
pero los que la conocían y me leen
bien saben que digo verdad.

Publicado por Gúmaro, 5 de julio de 2010.

jueves, 1 de julio de 2010

EN LA PLAZA LA MORAL


La plaza de la moral,
es el símbolo del pueblo,
donde se juntaban los mozos,
y también los más pequeños.

Allí dicen que había,
dos moreras muy grandes,
que yo nunca conocí,
comentaban los de antes.

En la moral paraban tenderos
quinquilleros  y albarderos,
los que arreglaban paraguas,
todos ellos forasteros.

También se juntaba el concejo,
cuando el alcalde ordenaba,
para disponer las jeras,
que el pueblo necesitaba.

Los domingos por la noche,
la plaza siempre se llenaba,
bailando al son de la gaita,
que Paulino nos tocaba.

Los domingos de cuaresma,
el tamboril ya no sonaba,
el cura nos lo prohibía,
hasta el domingo de pascua.

Porque el cura lo prohibiera,
la mocedad no queda en casa,
jugábamos a la guardadica,
y mejor aún se pasaba.

Otro juego frecuentado,
era jugar a las tierras,
y medio a modo de broma,
le tocábamos las tetas.

Los domingos por la tarde,
los mozos a la Moral venían,
para jugar al frontón,
porque ya era tradición

Allá por el año 57,
este juego se perdió,
porque nos quitaron el sitio,
con el coño el pilón.

Al hacer allí la fuente,
más gente se concentraba,
llevando un cántaro al cuadril,
y en la mano una herrada.

A la salida del rosario,
las mozas allí se reunían,
para contarse las cosas,
que le pasaban por el día.

Todo esto y mucho más,
os podía seguir contando,
de la plaza la moral,
que yo siempre  estoy añorando

Gúmaro, 1 de julio de 2010