La plaza de la moral,
es el símbolo del pueblo,
donde se juntaban los mozos,
y también los más pequeños.
Allí dicen que había,
dos moreras muy grandes,
que yo nunca conocí,
comentaban los de antes.
En la moral paraban tenderos
quinquilleros y albarderos,
los que arreglaban paraguas,
todos ellos forasteros.
También se juntaba el concejo,
cuando el alcalde ordenaba,
para disponer las jeras,
que el pueblo necesitaba.
Los domingos por la noche,
la plaza siempre se llenaba,
bailando al son de la gaita,
que Paulino nos tocaba.
Los domingos de cuaresma,
el tamboril ya no sonaba,
el cura nos lo prohibía,
hasta el domingo de pascua.
Porque el cura lo prohibiera,
la mocedad no queda en casa,
jugábamos a la guardadica,
y mejor aún se pasaba.
Otro juego frecuentado,
era jugar a las tierras,
y medio a modo de broma,
le tocábamos las tetas.
Los domingos por la tarde,
los mozos a la Moral venían,
para jugar al frontón,
porque ya era tradición
Allá por el año 57,
este juego se perdió,
porque nos quitaron el sitio,
con el coño el pilón.
Al hacer allí la fuente,
más gente se concentraba,
llevando un cántaro al cuadril,
y en la mano una herrada.
A la salida del rosario,
las mozas allí se reunían,
para contarse las cosas,
que le pasaban por el día.
Todo esto y mucho más,
os podía seguir contando,
de la plaza la moral,
que yo siempre estoy añorando
Gúmaro, 1 de julio de 2010
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