viernes, 29 de febrero de 2008

Los duros trabajos del campo en Lober


Los trabajos del campo eran realizados por los hombres y mujeres indistintamente, unas veces solos y otras acompañados. Había trabajos que indispensablemente tenían que ser dos personas o más.

El recoger los cereales del campo, fue siempre la principal preocupación de los labradores, unas veces por miedo al fuego, otras por las tormentas, y ya con las mieses en la era, la preocupación más grande era la lluvia, siempre estaba el sufrimiento presente.

El cultivo de los cereales se hacía tradicionalmente a una “hoja”, con un sistema de año y vez, quedando un año sin sembrar hasta el año siguiente.

Después de abonada la tierra se sembraba a voleo, y se araba para tapar el grano. Esto era la sementera en el mes de octubre, anteriormente, se había hecho la rielva en marzo, y la bima ó “bina” a primeros de junio. En el mes de junio era también la siega de la hierba, se segaba con el gadaño “guadaña,” después de dejarla secar varios días se cargaba en el carro, y con el rastro se arrastraba para que no quedara nada en el prado. Para cargar el carro se necesitaban por lo menos dos personas, una a bajo para darla y otra arriba para componerla. El carro bién cargado, sobrepasaba por encima de los picones, y con unas sogas gordas echadas por encima que sujetaban la carga.

Con estas fechas de la hierba también coincidía la siega de la cebada, ya se había secado, y había que segarla y trillarla, había que ir al molino para hacer pienso, ya que los graneros se habían quedado vacíos y los cuchinos estaban cuincando en la corteja.

A primeros de julio se segaba el centeno , y a continuación el trigo, la siega hasta no hace muchos años se hacía manual con la hoz. Los segadores usaban “dediles”especie de fundas de cuero que se ponían para proteger sus dedos, y hacer la manada de mies más grande, a la izquierda se dejaban las manadas formando gabillas, y después se juntaban en manojos ceñidos com pajas de centeno llamadas ataderas ó garañuelas, y éstos se juntaban en montones llamados mornales ó morenas.

La comida era en el campo y a veces a pleno sol de julio, o también si había algún árbol o arbusto cerca se aprovechaba la sombra. El cántaro y la barrila para el agua, y el barril para el vino, eran siempre fieles compañeros de los segadores.

El día de Santiago se partían las eras, y el acarreo empezaba al día siguiente, los manojos se daban para el carro con el “urcon”, cuando el carro estaba cargado, se echaban unas sogas cruzadas y tensadas fuertemente para sujetar la carga por los largos caminos pedregosos y polvorientos. Llegando a la era se descargaba en grandes montones llamados “medas.”
A continuación venía la trilla, los trillos estaban formados por cuatro fuertes tablas juntas, y por debajo fuertes piedras de “siles”que cortaban la paja y desgranaban las espigas, el trillo lo arrastraba una pareja de vacas o de burros, en el trillo siempre iba una persona para hacer peso y recoger los excrementos de los animales. Durante la trilla había que dar varias vueltas a la parba con tornaderas, y cuando la paja estaba más fina, se daba con una pala de madera para sacar las espigas del fondo. Cuando estaba la paja desmenuzada se juntaba en un montón largo llamado parbón, en Lober se alineaban con la “Peña el Burro” de la sierra de la culebra, por que decían que entraba el aire más recto.

La limpia consistía en aventar la paja y el grano para separar éste de la paja, la limpia no requería mucho viento, para que no se llevara también el grano, el aire se llamaba portugués y el castellano. Cuando ya se había aventado casi toda la paja, se empezaba a sacar el grano con la pala de madera, era el Pejo, las granzas se pasaban por una ceranda o críba para separar el grano, el grano se juntaba en un montón llamado muelo, que después se metía en sacas hechas de lino para llevarlo al granero. El día que se recogía el grano se llamaba el día del gallo, por que ese día se solía matar algún gallo para celebrarlo. La paja era lo último que se recogía, se guardaba en pajares, la cual servía en invierno para envolver con pienso a las vacas y como abrigo en las cuadras para los animales .

miércoles, 27 de febrero de 2008

Yo también soy de Lober


Yo nací en Lober y me bautizaron en la Iglesia de Santa Marina, en cuya torre, la cruz ya no existe porque una malvada tormenta se la arrebató en el mes de septiembre del año 2007. Yo, cuando era un niño, también iba a jugar a la Moral con alguna pelota hecha por nosotros mismos con trozos de goma por dentro y con hilo de lana por fuera, o con algún camión hecho con un trozo de madera y una lata de las sardinas.

Yo también era de los que iban por las calles de Lober corriendo detrás de un aro, guiado con un artilugio hecho de alambre y un palo llamado gancho. Yo también era uno de tantos niños que todas las tardes ibamos a buscar agua con los cántaros al chariz de la era. Yo también fui a la escuela con Dª Casiana y el Sr. Pedro y jugábamos en la plaza de debajo de la escuela durante el recreo. Yo también, los días 18 y 19 de septiembre, compraba chirrilletes y petardos al Araujo y a Santiguiñas, con las pocas pesetas que conseguíamos para la fiesta de nuestros padres. Yo también pagué la media para ser mozo y poder estar en la calle después de que tocaban a la oración.

Yo también iba a echar la partida los sábados por la noche a casa del tío Sidoro. Yo también bailé en la casa concejo los Domingos de aquellas oscuras noches de invierno, a la tímida luz del candíl de petróleo, al son de aquel viejo tamboril cuyas pieles habían sido arrebatadas a un perro y labradas por los mozos más habilidosos y que lo tocaban aquellas buenas mozas que había en Lober en la década de los años 60. Yo también era de los que volteaban las campanas las vísperas de las grandes fiestas y que echaban la ronda alrededor del pueblo cantando, acompañados por la dulzaina o el fol de Paulino. Y yo también fui uno, como tantos de Lober, que un día dejaron su querido pueblo y nos fuimos a otras tierras desconocidas mirando a ver si se encontraba algo mejor. Hoy ya han pasado 36 años y yo, todavía, cada día, pienso en Lober.

Un saludo para Aliste y, en especial, para todos aquellos que, como yo, son de Lober.

Gumaro

Turismo Rural en Lober


Lober de Aliste es un pueblo de turismo rural de la provincia de Zamora, situado al sureste de la comarca de Aliste a dos horas y media de Madrid y a treinta minutos de la ciudad de Zamora por la N. 122 y donde te podrás alojar en las casas rurales de Lober ó en el hotel la “JAFRIZ” de Fornillos.
Aquí no tenemos museos, ni tampoco catedrales, pero puedes disfrutar de una naturaleza sin nada de contaminación, y disfrutar de sus noches de estrellas brillantes y que el único ruido es el aullido de algún lobo, el canto de los grillos o de las ranas en alguna charca.

Podrás visitar las antiguas minas de hierro de la Ferrada, o la fuente con abundante agua con el mismo nombre, en primavera veras abundantes praderas repletas de margaritas y campanillas, y las blancas flores de las jaras, las amarillas de las escobas y codesos que hacen contraste con las azules del abundante tomillo en todas sus laderas y colinas. En Lober encontraras gentes humildes que nunca te defraudaran, sus antiguas casas y pajares están hechas de piedra y una mezcla de paja y barro y algunas con sus tejados de pizarra y contrastan con las modernas de nueva construcción hechas de ladrillo.

En Lober puedes ver vacas y burros por la calle, éstos ya en peligro de extinción, hay pequeñas explotaciones agrícolas que todavía se usan éstos animales para la labranza, también se pueden ver dos molinos harineros centenarios en la rivera que todavía funcionan alguna vez.
La gastronomía en Aliste es muy rica en carnes, por ejemplo: el chuletón de la muy conocida “TERNERA DE ALISTE”, en San Vitero, los buenos callos y mollejas de casa Matellan en Rabanales, el buen solomillo de casa Alfonso y el sabroso cordero de Grisuela, con un gran surtido de jamones y embutidos de la zona, todo esto regado con los distinguidos vinos de Toro y la Rivera del Duero.

Tenemos Miranda de Douro a 19 km., ciudad muy conocida de Portugal por su gran número de comercios, donde antes de llegar, pasaremos por Moveros pueblo de tradición alfarera, donde podrás visitar los diferentes talleres de alfarería con un gran surtido de piezas actuales y centenarias. Llegando a Miranda puedes darte una vuelta por la gran cantidad de comercios, y también te encontraras con el exquisito bacalao que allí cocinan, y si te apetece te puedes dar un paseo en barco por los arribes del Duero, donde pasa el río por un estrecho ñón durante varios kmts que hasta llegar al agua hay hasta 200 mts de profundidad, y llegando un poco más arriba puedes ver el puente de Pino construido en el año 1929 y que fue diseñado por un alumno de Eifel.

Ven a Lober te encontraras a gusto,

Gumaro

La capa Alistana


La capa alistana se usó en Lober, hasta la década de los años 70 aproximadamente, hoy ya prácticamente, desaparecida. Unas acabaron de espantajo para los pájaros en las viñas, otras las cortaban para hacer alforjas, o para poner de melenas cuando se uñian las vacas, y otras todavía los más cuidadosos las conservan como prendas muy valiosas; las podemos ver en la procesión del Viernes Santo en Bercianos, y en otras procesiones de la Semana Santa en Zamora.

La capa era una prenda usada mayoritariamente por los hombres, hecha de paño pardo casero, y tenía tres partes diferenciadas, la capucha de forma puntiaguda, la esclavina con flecos a veces con un remate llamado “chiva”, y la capa sin mangas, que llegaba casi hasta los pies.
Casi todos tenían dos capas, la ordinaria de cada día que se usaba para ir al campo, con vacas u ovejas, para quitar el frío o la lluvia, y la de las fiestas, que se usaba para ir a misa los Domingos y otros actos religiosos, antiguamente la capa se usaba no solo para quitar el frío, sino que se ponía siempre que se entraba en la Iglesia.

La capa en tiempos pasados se usó también como traje de boda de los novios, iban tapados de arriba a bajo que apenas se le veía la cara, y las novias con el manto de crista, eran las indumentarias de rigor para ésta ceremonia También se usaba la llamada casca parda también, y hecha de mismo paño, pero con mangas, ésta se usaba como hoy se usa un abrigo, por la parte de Pobladura, La torre, y por esa zona se usaba también la “Jerga” hecha también del mismo paño, pero ésta era en forma de manta.

En Portugal por la zona de Miranda, aún se fabrican estas capas, la confección es igual ó muy parecida, pero el paño ya es de fábrica, no es casero como era el alistano.

Gumaro

El Lino


El lino formó parte de la economía y de la cultura de aliste durante yo diría que cientos de años ya que no se sabe bien cuando se introdujo ésta planta en la comarca de Aliste, pero yo diría que los celtas ya la cultivaban.

Hasta principios de los años1970 se cultivó el lino en Lober, y era una buena parte de la economía de nuestro pueblo, ya que de él se sacaba la mayor parte de la ropa que se usó hasta finales de la década de los años 1960, esta ropa también llevaba un composición de lana, otro de los motores económicos que daban sustento a la mayor parte de las familias.

De el lino se hacían ya desde tiempos muy antiguos, por ejemplo las camisas de los hombres, manteles, sacas para meter el grano, alforjas para las caballerías, también se usaba la hebra del lino para las espitas de las cubas. Hoy todavía se conservan en los baúles de muchas casas, de las mujeres más cuidadosas, y con aquel fuerte olor a alcanfor muchas de éstas apreciadas prendas.
El lino era muy trabajoso desde que se sembraba hasta el final de la elaboración, se empezaba por trabajar la tierra, la cual tenía que estar en muy buenas condiciones, fina y sin terrones, se sembraba por el mes de abril en un sitio con suficiente agua para regar, después había que entresacarle la hierba que nacía y regarlo periódicamente cuando tenía falta.

Había dos clases de lino, uno se llamaba abertizo y el otro cerradizo, a la hora de la recolección había que vigilarlo por que el abertizo se le abría la vaina y se perdía la linaza sino se arrancaba a tiempo, y el cerradizo no se abría, ese se tenía que mayar para sacar la linaza. La linaza se guardaba alguna para la siembra del año siguiente, otra se guardaba para medicina de remedios caseros,(para cataplasmas para curar catarros,) la sobrante se vendía a los linaceros que pasaban por los pueblos comprándola, si se quería cobrar alguna perra gorda más, se iba a vender a la feria del Cristo de San Vitero el día 14 de septiembre.

El lino se elaboraba con gran trabajo, después de arrancarlo en el mes de junio, se sacaba la linaza, luego allá a finales de agosto se llevaba a curtir: se tenía unos 21 días tapado de agua en el río, después se sacaba y se dejaba secar bien, a finales de octubre se mayaba , que consistía en machacarlo encima de una piedra (poyo) para romper el tallo de la hebra dándole golpes con una mayadera, luego se espadaba, consistía darle golpes cociéndolo en manadas poniéndolo encima de una tabla clavada de punta en un madero, (fitera) y ándole con la espadilla, (forma de cuchillo grande de madera,) con ésta operación se separaba el tallo de la hebra, la hebra quedaba en la mano y el tallo caía al suelo (tascos.)En ésta operación ya nos quedaba solo la hebra, después venia el rastrillo, se peinaba la hebra con un artilugio de madera con púas de hierro en el centro y conseguíamos una hebra aún más fina, de ésta hebra ya se hacían los cerros, que era lo que se iba. Luego ya se ponía el cerro en la rueca y se hilaba. Yo trabajé en una fábrica de tejidos, y cuando elaborábamos lino se dejaba el tejido con un 10% de humedad, de hay que cando nuestras madres o abuelas hilaban el lino tenían que ir mojando el hilo con saliva tal como se iba empezando ha hacer el hilo para que éste quedara más suave. Una vez hilado se hacían las madejas con la naspa, (aspa) que era un artilugio de madera con cuatro aspas y una manivela que dando vueltas se hacían las madejas. Hechas ya las madejas se cocían éstas en potes grandes con ceniza de fresno para que quedaran más blancas, después de cocidas con otro artilugio llamado argadillo se hacían los duvillos (ovillos) y ya quedaba el lino a punto para ir al telar. Los telares que han existido en ésta comarca son primitivos, hoy ya son piezas de museo, en Lober todavía se conservan varios de éstos telares, igual que en la mayor parte de la comarca. Para confeccionar las prendas de éste tejido que éstos telares hacían, había las llamadas costureras, mujeres que se dedicaban a coser por las casas, en una casa cosían un día , en otra una semana, dependiendo siempre de las prendas que tuvieran que hacer, pero siempre cosido a mano, más tarde ya había máquinas de coser y cada mujer se hacía sus prendas.

Las mujeres siempre eran las que cargaban con éste duro trabajo, desde que se sembraba el lino hasta que se hacían las prendas, el hilado requería mucho tiempo, se reunían para hilar en los llamados hilandares, yo recuerdo que en casa de mi madre había un hilandar, comenzaban a finales de octubre y acababa el día de las candelas que hacían una cena, que solía ser botillo con arroz, ¡¡bien merecida se la tenían!!. el hilandar comenzaba sobre las ocho y media de la noche hasta las doce aproximadamente, en aquellos años aún no había luz eléctrica, y lucían con la pobre luz de un candil de aceite o de petróleo, al humor de la lumbre y siempre contando alguna historia, o algún suceso ocurrido en el pueblo o en la comarca.

Esta es la historia del lino, aunque aún me podría extender algo más con lo del hilandar y otras anécdotas que ocurrían.

Gumaro

El intruejo en Lober de Aliste


El Intruejo en Lober hasta los años1970,era muy diferente de lo que es en la actualidad, bueno en la actualidad no se de cierto si se celebra tal evento ó no, ya que eso son cosas de la juventud, y de juventud hoy en Lober hay poca..

Yo hoy voy a explicar un poco lo que era el intruejo en tiempos pasados. Este día, la gente mayor ya lo esperaba con anhelo, ya era tradición el toque al concejo por la mañana, el alcalde disponía y mandaba lo que se tenía que hacer, que cada año más ó menos era lo mismo: una parte de vecinos los mandaba a guiar el agua al valle de Balde el Mayo, y esparcir las boñigas y lo que es limpiar un poco el valle en lo que se podía, otra parte de gente la mandaba a arreglar algún camino, éstos trabajos solo duraban hasta medio día. Las mujeres se quedaban en casa haciendo los típicos dulces de este día, las “fiyuelas”, que eran huevos batidos con harina y azúcar, y la masa frita en la sartén, con aceite y manteca, después de fritas se le espolvoreaba más azúcar por encima. Cuando los hombres llegaban del concejo, era la hora de comer, ese día era ya a base de, cocido con chorizo, tocino, y algún hueso del espinazo, y de postre las fiyuelas, al día siguiente, ya no se podía comer nada de esto por que era tempora.

Por la tarde ya empezaba la fiesta, a medía tarde el Sr. Alcalde volvía a tocar a concejo, se juntaban los vecinos, mujeres y la mocedad, en la casa concejo, y el alcalde invitaba a todos a vino, y si las cuentas del pueblo andaban bien, también había aceitunas o escabeche, por que todo esto lo cargaban en las cuentas del pueblo.

A esa hora, también se empezaba a escuchar el fol y el tamboril, era la hora que salían los intruejos, los más pequeños no sabían donde esconderse de miedo, ya que los disfrazados eran irreconocibles, se enciscaban la cara con corcha quemada, se ponían una prótesis dentaria hecha de patata, y vestidos con andrajos, corrían detrás de las mozas para enciscarle la cara, y todos bailaban en “La Moral”, al son de la gaita y el tamboril.

Los intruejos a la hora, ó hora y media ya marchaban, pero la fiesta continuaba hasta cerca de la media noche. Los vecinos continuaban también tomando rodas de vino, y algunos de ellos cuando marchaban a casa, toda la calle era suya.

Al día siguiente era el “entierro la sardina”, y poca cosa era lo que se hacía, los mozos con una escalera y unas jaras encima tapadas con una manta, iban a enterrar la sardina, quemando trozos de pellejos y trozos de gomas y dando voces, pero ya no había ni baile, había entrado la cuaresma.

Durante toda la cuaresma, estaba prohibido hacer baile, no se bautizaba y tampoco había bodas, se tenía que esperar al día Pascua. Pero, no por eso, la mocedad dejaba de divertirse, los domingos por la noche salían a la “Moral”, punto de encuentro de toda la vida, y allí jugaban a las “Tierras”, a los “Casaos,” y a la “Guardadica”, y la juventud se divertía así.

Llegaba el día Pascua una de las grandes fiestas del año, para aquel día, casi siempre se esperaba algún pregón, y la víspera era el día de la famosa “Chisca”, que consistía en hacer una gran lumbre a la puerta de la que se apregonaba, quemándole casi todo el cabañal que tenían, luego salían los protagonistas del casamiento, invitando a la gente a pan y vino.

El día de pascua, siempre se formaba un gran baile en la Moral desde media tarde, hasta cerca de la media noche, había que recuperar todo lo de la cuaresma, el baile ese día se solía hacer con una música mas buena que un domingo normal: Faustino, con la dulzaina, y Paulino de Gallegos con bombo y redoblante, y así acababa la fiesta.

Gumaro

La lengua Alistana

En la comarca de Aliste, no siempre se ha hablado el castellano, anteriormente era el “Charro”,o en otros términos, el asturleones, era una mezcla de gallego, asturiano, castellano y portugués, hoy día, todos los que hemos nacido en Aliste, aun nos queda un acento de aquel charro, pero, aquel idioma se ha perdido para siempre.

En diferentes provincias españolas hay comarcas que tienen su propia lengua dentro de la misma región, y que, con el paso de los años, han sabido conservar, ó incluso la han enriquecido. En Aliste es todo lo contrario, la hemos dejado perder, como tantas otras cosas.

He aquí, algunas palabras que yo guardo, de algunas conversaciones oídas a las gentes de pueblos que hace unas cuantas décadas, todavía hablaban algo el charro:

En la feria del 15 en Rabanales, había un hombre que tenia unos vacios a vender, llega un comprador y pregunta:

P.Caballero, ¿quien los vende?
R. ui no me digais eso, por que el otrudie pola mañana se mos murió la burra y tenemos un disgusto mu grande, ontavia no semos ha pasau, ui que cueño...
Bueno, canto quereis polos vacios.
R. dos mil riales.
P.ui....., por hai los hi visto, y no quieren tanto.
R.Pero no seran tan buenos.
P. Bueno, pa que veais que bolos quiero comprar, vos doy cin riales menos i si quereis chambar cambelos y si no dejelos.
R. pues no volos doy; Bueno, peque la feria ya sesta estrupiando, porque comostá amenazando agua tolamañana, nusotros marchamos pa casa nosiendo que agarremos una chupa dagua, y dispues esa frescura simpre le sale a uno.

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Tí Justo, que andais faciendo......Ya facía mucho tiempo que no vos via.
R Si, ya hacie, ya, es que i estau algo ruin i no salie mucho,
P. Uei.... Jesus, sí peque teneis ontavia los ojos fundius. ...
R. .Si, es que ontavia no ando bien, el oturdie diemos aconsulta, y me mando unas melecinas, ayer fuei el rapa a buscalas a la Villa.
P. Y la tí MarÍa aunde la teneis...
R..Bueno, la tí Maria en casa quedo, dié que dieba a masar, por que tiniemos un cuchino, que tamien habíe andau algo ruin, y lo dejemos havesi agradicie algo y hora lo quiriemos matar, y dijo que dieba a hichar unas uguazas, pa migar, pa facer unas morcillas, y unos torrejones pa los rapaces. Bueno tí Justo, haber si otro día que vos vea ya is arribau. Ala quedaivos con Dios.


Este era el idioma de nuerstras raices Alistanas.

Gumaro

Las Bodas en Aliste

Las bodas en Aliste en la actualidad poco se diferencian de las de cualquier otra parte, pero no siempre ha sido así, hoy trataré de explicar lo que era una boda en Lober ó en Aliste hace unas décadas, para que los más jóvenes tengan una idea como se casaron nuestros abuelos ó bisabuelos y un día lo puedan contar a generaciones venideras.

El día de la boda, desde muy de mañana los invitados estaban ya vestidos de rigor rural a la puerta de sus casas haciendo tiempo para los actos.

Cuando sonaba el primer cohete, los invitados se ponían en camino hacia la casa de uno de los protagonistas, el novio, y acompañados por el estruendo de los cohetes, los rapaces ilusionados corrían saltando paredes de los prados y cortinas persiguiendo la caída de las varillas.
La comitiva se reunía en el corral de la casa del novio, era el momento de tomar el aguardiente, cosa que los invitados no podían renunciar. Cuando se suponía que éste evento ya había terminado, y ya animados por el artesanal licor, se encaminaba la comitiva a la casa de la novia, presidida por el novio por el padre y el padrino.

Al llegar el acompañamiento del novio a la casa de la novia, las mozas invitadas cantaban los cantos de llegada:

Bienvenidos caballeros,
que esperando están por ella;
bienvenidos, bien llegados
sean todos los invitados.

Acabados los cantos, llegaba el emocionado momento de la bendición paterna. El padre siempre con emoción la despedía dándole su bendición, recordándole su vida en casa y diciéndole de la responsabilidad del cambio de vida, refiriéndose a la fidelidad a su esposo.
Este era el canto de la bendición del padre:

Arrodíllate, niña hermosa,
en éste patio barrido,
que te eche la bendición
el padre que te ha querido.
Despídete, niña hermosa,
de la casa de tus padres,
que ésta es la última vez
que de ella soltera sales.

Después, todos los invitados juntos , y los novios con sus trajes regionales, llevando él sobre los hombros la típica capa Alistana, y ella el manto de “crista”, y se dirigían camino de la Iglesia acompañados también del gaitero, en ese día no faltaba nunca la gaita.

Las mozas continuaban sus cantares, refiriéndose al paso que iban a dar:

Mira, niña, lo que haces,
mira lo que vas a hacer,
que ese nudo que se hace
no se vuelve a deshacer.

El canto de éstos cantares, se iba repitiendo hasta llegar a la Iglesia. Al llegar a la puerta de la Iglesia, como era de costumbre tenía lugar la primera parte de la ceremonia. El momento más grave y Emocionante era el del “si” . Era el momento más sonado del día. En el momento que los novios decían “si quiero”,una verdadera tormenta de cohetes y bombas rompían el silencio de la mañana, ocho ó diez mozos prendían cohetes sin interrupción y se llenaba el aire de humo cogiendo la dirección del viento.

Después ya comenzaba la misa, y durante el ofertorio tenía lugar la tradicional ofrenda de la novia, unas velas en una cesta engalanada con un paño de lino que seguramente ella misma habrá hilado el lino, y el novio ofrecía una jarra de vino que también habría salido del sudor de su frente.
A la salida de misa todos le daban la “enhorabuena”, y emprendían el camino hacia la casa de la novia, ya después comenzaba la comida, había un menú tradicional, de entrada sopa de fideos a base de caldo de cocido, y no cabe duda que de bebida era el tinto vino de casa que con él se empezaba a animar la comida desde el primer momento, después venían los garbanzos, cocidos con la carne de los carneros sacrificados el día anterior, luego el plato fuerte; grandes trozos de carne cocida. Se servía en grandes cazuelas encima de las mesas provisionales que días ante habían preparado para tal fin, se ponía una cazuela cada ocho ó diez personas y todos comían del mismo recipiente.
El postre eran las típicas rosquillas de las bodas, que habían sido elaboradas por las mozas que habían sido invitadas, se lo hacían como obsequio a la novia, y las repartía la madrina.
Terminada la comida salían los novios e invitados, nunca faltaba la gaita y el tamboril todos juntaban su alegría entre la vueltas y revueltas de las jotas, baile charro, agarrao, baile llano, corrido.

Era tradición el baile de la medida el día de la boda, era un recipiente lleno de vino, y a su alrededor se movían los bailadores levantando sobre él las dos piernas, esto se hacía por la tarde a la hora de los “cachos”. Los cachos eran trozos de pan y vino que repartía la madrina y el padrino a toda la gente del pueblo. Después venia “el carro” se subían los novios y los padrinos encima de un carro, tirando los mozos de él y cantando.

Quien fuera gato ésta noche,
para entrar por la gatera
para dormir con la novia,
y echar al novio pa fuera.

Al día siguiente se hacia el segundo día de boda, que soila ser en domingo. Se hacía una comida de lo sobrante del anterior, y a media tarde el estallido de un cohete anunciaba el final de la fiesta.
Gumaro

La Ermita ya es historia



En la mitad del camino entre Lober y Tolilla existe un paraje que se llama “LA ERMITA", pero yo creo que hoy hay gente en Lober y Tolilla que no saben que allí existió una Ermita, en la cual yo me acuerdo siendo un niño de 6 ó 7 años de ir a Misa el Domingo de Ramos y el día de Jueves Santo, a la salida de Misa, los vecinos de Lober y de Tolilla podían verse, saludarse o hacer alguna conversación o comentario.

También había una fuente cerca de la Ermita por encima del camino. Yo no la conocí con agua pero los antepasados contaban que siempre tenía agua, si acaso se secaba algún año de los más secos, los monaguillos siempre cojian allí el agua para consagrar en la Misa y el cura D. Pedro (años 1910 1920) no gustándole la idea esa de coger de aquella agua les dijo: de esa fuente no cogereis más agua, y desde aquel año dicen que la fuente se fue secando poco a poco, hoy aún puede verse en aquel sitio la hierba verde incluso en verano, pero de agua, ni cuando llueve.
Los Santos que había en el retablo, San Fabián y San Sebastián creo que eran, si no recuerdo mal, fueron robados de la Ermita por el año 1960 , y denunciado el robo a la Guardia Civil fueron encontrados en Madrid, hoy día dicen que están en la Iglesia de Tolilla.


Después, por los años 1963 ó 1964 ya estando la estructura de la Ermita en estado ruinoso decidieron derrumbarla, la piedra se subastó, y hoy día pede verse como cierre en una finca de Lober.

El año 2004 fueron al sitio de la Ermita el pueblo de Lober y Tolilla con el párroco de ambos pueblos D. Mariano y clavaron allí una cruz que es lo que hoy allí existe.