miércoles, 27 de febrero de 2008

El intruejo en Lober de Aliste


El Intruejo en Lober hasta los años1970,era muy diferente de lo que es en la actualidad, bueno en la actualidad no se de cierto si se celebra tal evento ó no, ya que eso son cosas de la juventud, y de juventud hoy en Lober hay poca..

Yo hoy voy a explicar un poco lo que era el intruejo en tiempos pasados. Este día, la gente mayor ya lo esperaba con anhelo, ya era tradición el toque al concejo por la mañana, el alcalde disponía y mandaba lo que se tenía que hacer, que cada año más ó menos era lo mismo: una parte de vecinos los mandaba a guiar el agua al valle de Balde el Mayo, y esparcir las boñigas y lo que es limpiar un poco el valle en lo que se podía, otra parte de gente la mandaba a arreglar algún camino, éstos trabajos solo duraban hasta medio día. Las mujeres se quedaban en casa haciendo los típicos dulces de este día, las “fiyuelas”, que eran huevos batidos con harina y azúcar, y la masa frita en la sartén, con aceite y manteca, después de fritas se le espolvoreaba más azúcar por encima. Cuando los hombres llegaban del concejo, era la hora de comer, ese día era ya a base de, cocido con chorizo, tocino, y algún hueso del espinazo, y de postre las fiyuelas, al día siguiente, ya no se podía comer nada de esto por que era tempora.

Por la tarde ya empezaba la fiesta, a medía tarde el Sr. Alcalde volvía a tocar a concejo, se juntaban los vecinos, mujeres y la mocedad, en la casa concejo, y el alcalde invitaba a todos a vino, y si las cuentas del pueblo andaban bien, también había aceitunas o escabeche, por que todo esto lo cargaban en las cuentas del pueblo.

A esa hora, también se empezaba a escuchar el fol y el tamboril, era la hora que salían los intruejos, los más pequeños no sabían donde esconderse de miedo, ya que los disfrazados eran irreconocibles, se enciscaban la cara con corcha quemada, se ponían una prótesis dentaria hecha de patata, y vestidos con andrajos, corrían detrás de las mozas para enciscarle la cara, y todos bailaban en “La Moral”, al son de la gaita y el tamboril.

Los intruejos a la hora, ó hora y media ya marchaban, pero la fiesta continuaba hasta cerca de la media noche. Los vecinos continuaban también tomando rodas de vino, y algunos de ellos cuando marchaban a casa, toda la calle era suya.

Al día siguiente era el “entierro la sardina”, y poca cosa era lo que se hacía, los mozos con una escalera y unas jaras encima tapadas con una manta, iban a enterrar la sardina, quemando trozos de pellejos y trozos de gomas y dando voces, pero ya no había ni baile, había entrado la cuaresma.

Durante toda la cuaresma, estaba prohibido hacer baile, no se bautizaba y tampoco había bodas, se tenía que esperar al día Pascua. Pero, no por eso, la mocedad dejaba de divertirse, los domingos por la noche salían a la “Moral”, punto de encuentro de toda la vida, y allí jugaban a las “Tierras”, a los “Casaos,” y a la “Guardadica”, y la juventud se divertía así.

Llegaba el día Pascua una de las grandes fiestas del año, para aquel día, casi siempre se esperaba algún pregón, y la víspera era el día de la famosa “Chisca”, que consistía en hacer una gran lumbre a la puerta de la que se apregonaba, quemándole casi todo el cabañal que tenían, luego salían los protagonistas del casamiento, invitando a la gente a pan y vino.

El día de pascua, siempre se formaba un gran baile en la Moral desde media tarde, hasta cerca de la media noche, había que recuperar todo lo de la cuaresma, el baile ese día se solía hacer con una música mas buena que un domingo normal: Faustino, con la dulzaina, y Paulino de Gallegos con bombo y redoblante, y así acababa la fiesta.

Gumaro

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