viernes, 19 de junio de 2015

LA IGLESIA DE LOBER


Principalmente en todos los pueblos de Aliste, las Iglesias están construidas de granito labrado, todas las esquineras, arcos y la torre desde la altura de las campanas hasta su coronación son de este material que es abundante desde Moveros en todos los pueblos fronterizos hasta topar con el río Duero. Gran  parte de este material usado en las iglesias de nuestra comarca proviene del subsuelo de Moveros y Fornillos, por su cercanía, y el transporte usado  para el transporte de canterías eran carros y “corzas” de tracción animal. En Fornillos y hasta no hace muchas décadas existían maestros picapedreros que a golpe de pico  se dedicaban a labrar las piedras de cantería. Últimamente utilizadas como cargaderos de puertas y ventanas para las casas.

Poco o nada sabemos de los inicios de la construcción de nuestra iglesia, pero si sabemos que se inauguró en el año 1728, siendo cura Dn. Antonio Lopez Lorenzo, pero se cree que anteriormente,  hubo otro centro de culto, dado que hay constancia que en el año 1200 Lober ya existía.

Se cree que el sitio donde hoy está ubicada nuestra Iglesia,  y a los rededores era el punto donde se enterraban nuestros muertos,  Una vez terminada la Iglesia los muertos se enterraban dentro de ella donde todavía hoy se conservan las sepulturas familiares pasadas de una generación a otra hasta el día de hoy. Hasta no hace muchas décadas, las mujeres cada domingo acudían a misa con la ofrenda de cera y las “hachas” encendidas para honrar a sus muertos de rodillas encima de la sepultura. Más tarde, los muertos se empezaron a enterrar alrededor de la Iglesia, antes del asfaltado de la plaza, podían verse las sepulturas macadas con piedras, clavadas en el suelo. Estas sepulturas, tanto las de dentro de la iglesia, como las de fuera de ella eran de más  o menos de un metro de longitud, y  según comentarios de nuestros antepasados, los muertos eran mutilados de piernas antes de enterrar. Más tarde, se construyó el cementerio que había detrás de la Iglesia y que estuvo en servicio hasta el año 1924, fecha en que se construyó el que está en servicio hasta el día de hoy.

La patrona que reina en nuestra iglesia es Santa Marina, nadie sabe porque esta mártir gallega fue escogida para ser  la patrona de Lober que está ubicada en la parte alta del Altar Mayor. Allá a finales de 1900, la imagen de Santa Marina se cayó de su pedestal de unos 6 metros de altura y la imagen quedo intacta. Otro tanto ocurrió allá por los años 50, y la imagen volvió a quedar intacta, aunque la piedra de cañería que había en el suelo de unos 15 centímetros de grosor se rompió del impacto.

Durante mis 66 años de vida, la iglesia ha recibido varias modificaciones, siendo el suelo el que continúa siendo de origen, recuerdo que por los años 50 se derrumbó la cúpula que corona la parte del Altar Mayor. En los años 60 se repicaron las paredes del interior y se dejaron vistas algunas piedras como el arco central y entrada, así como otras piedras del interior.

Debido al desequilibrio de la torre, con una inclinación considerable hacia el tejado de la Iglesia, se procedió a su reforma en la década de los 2000 por el constructor del pueblo Ángel Casas, sacando las piedras numeradas para volverlas a colocar en el mismo sitio que estaban, y fue en esta década también cuando una tormenta deslizó un rayo sobre la cruz que corona la torre rompiéndola en varios trozos, por lo que la torre quedo descabezada por un tiempo, hasta que se rehabilito con otra de las mismas características, pero ligeramente más alta y delgada.

En la parte trasera de la Iglesia había una ventana con dos palos en forma de cruz que daba acceso a un cuarto que había en el interior de la Iglesia, dicho cuarto carecía de entrada alguna y ahí era donde se tiraban los restos humanos que aparecían cuando se abría una sepultura en el cementerio. También recuerdo que de niños, cuando se nos caían los dientes, los depositábamos en dicho cuarto tirándolos por la ventana.

En el año 2013 se rehabilito el tejado de toda la Iglesia, desde entonces presenta el tejado una forma ligeramente curvada, curva esta que se irá prolongando con el paso de los años. Con esta rehabilitación también se elimino el cuarto del huesario, que quedo añadido a lo que era el cuarto de los muebles, que era donde se guardaba el "tumbo" y otros utensilios eclesiásticos que se usaban en las diferentes ceremonias religiosas



Gúmaro, 19 de junio de 2015

martes, 16 de junio de 2015

REFLEXIONES Y RECUERDOS DE MI PUEBLO: LOBER


Avanzando el mes de junio con calores propias del mes en los atardeceres, y después de un largo día de trabajo, se  dejaba oír el repicar de las guadañas sobre las bigornias a golpe de piqueta para dejar la herramienta a punto de siega para la mañana siguiente. La guadaña es una herramienta (hoy ya casi una pieza de museo) con la que se segaba la hierba de los prados en el mes de junio, que una vez segada y seca convertida en heno, se almacenaba en pajares  para alimento en el invierno principalmente para las vacas.

La guadaña debía estar en su punto de preparación para llevar a cabo un buen segado del césped de los prados, al mismo tiempo que, con una herramienta bien preparada el esfuerzo físico era mucho menor que con una herramienta desajustada. En muchos parados la existencia de topos y lombrices, (especialmente en los más frescos) era frecuente encontrarse con pequeños montones de tierra sacadosdos por los topos, y también las llamadas lombriceras, unos pequeños agujeros que las lombrices hacían en la tierra sacando la tierra al exterior. Todo esto contribuía a cegar la guadaña,(dejar el corte desgastado)  cuando esto sucedía había que picar el corte de la guadaña apoyada ésta en una bigornia a golpe de piqueta procurando que el corte no quedara curvado, luego, periódicamente con una piedra esmeril, que normalmente se llevaba metida en un cuerno de vaca colgado en el cinto con agua para que la piedra permaneciera humedecida en el momento de sacar la piedra para afilar.

La siega de la hierba con la guadaña era un trabajo muy duro y cansado, generalmente este trabajo era llevado a cabo por los hombres, para ello era imprescindible una buena alimentación, por lo que se guardaban los lomos de los cerdos de la matanza embutidos en las tripas culares, y un buen jamón curado acompañado de un vino casero.  La siega de la hierba, generalmente se hacía por la mañana,  por la tarde se recogía la que se había segado tres o cuatro días antes, una vez se había dejado secar y en el momento del guardado aprovechando las horas de calor con el fin de que entrara en el pajar bien seca para evitar el posterior fermentado a causa de la humedad.

Si el segado de la hierba requería el esfuerzo físico anteriormente dicho, la recogida no lo era menos. Primeramente se tenía que cargar en el carro con una tornadera especial con tres dientes largos y un cuarto que la acompañaba por encima, con esta tornadera se tiraba en el carro, subido en el carro la recibía una segunda persona que la iba componiendo para que  durante el transporte la hierba no cayera por el camino, pues dependiendo del terreno, a veces los caminos eran pedregosos produciendo continuos movimientos en el carro.


Otra odisea era cuando se llegaba al pajar, principalmente la hierba se recogía en pajares con una puerta pequeña y sin ventilación, por tal motivo, la hierba despedía un polvillo propio de la hierba, el cual se acumulaba en las vías respiratorias, dando ligar a continuos estornudos, a lo que tenemos que añadir los posibles picazos de los cardos que en muchas ocasiones acompañaban la hierba. Otras veces se guardaba en tenadas o desvanes, principalmente las tenadas tenían más respiración y el polvo no causaba tanto daño a las personas, pero era bastante trabajoso por tener que subirla a golpe de tornadera a lo alto.

Quizá el mes de junio fuese el más trabajoso, y en el que más tareas había que desarrollar. En este mes también venia la siega de la cebada, que más o menos se segaba  a mediados de mes. Llegada esta época los graneros de casi todas las casas tocaban fondo, pues con la siega de la cebada y su posterior trillado y limpiado y aprovechando las ultimas aguas de los ríos se llevaba al molino con lo que de esta manera se hacía provisión de pienso y paja principalmente para los cerdos.

También en este mes de junio era frecuente atender los huertos, plantación de remolacha, riego de patatas y lino y aún, el preparado de arada de algunas tierras de cereal, (bima) que había que hacerlo durante las primeras horas de la mañana antes de que apareciera la tan temida mosca que picaba a las vacas con la posibilidad de que se produjera cualquier desgracia.

Otro trabajo que también entraba dentro de este mes de junio era la esquila de las ovejas, en este mes las ovejas se despojaban de su vellón, con lo cual se aliviaba bastante el calor que la lana produce al animal.


Gúmaro, 16 de junio de 2015