domingo, 8 de enero de 2012

LA BULA

Estoy seguro que muchos jóvenes  hoy en día ignoran lo que era  “la bula”,  pero los que comimos el pan “mascau”, todos recordamos cuando llega el tiempo de cuaresma lo que era una bula,  o mejor dicho recordamos que  había que comprar una bula.

La “Bula” era un privilegio que en tiempo de cuaresma los católicos teníamos para poder comer carne, o más que carne poder comer tocino durante el tiempo de cuaresma, la carne no estaba a nuestro alcance por aquél entonces a no ser que alguna gallina o cordero estuviera en peligro de muerte y a parte de la desgracia que representaba, nos podíamos deleitar  dando una pequeña alegría a nuestro cuerpo.

Dicho documento, era  un pergamino de papel escrito por una cara con el sello  del papa que el obispado proporcionaba a los curas para que estos vendieran a los fieles, el que tenía dinero y compraba la bula, podía comer carne durante la cuaresma, y el  pobre que no tenía dinero para comprarla quedaba  desautorizado de comer carne durante ese periodo de tiempo llamado cuaresma.  Si no se disponía de dinero para comprar la bula, tampoco se disponía para comprar  pescado fresco o en conserva, y por tal motivo la cuaresma se convertía en un tiempo de abstinencia obligatorio.

Recuerdo que había dos clases de bulas, una  valía para poder comer carne las vigilias de fiesta, y otra para comer carne  toda la cuaresma excepto los viernes, los viernes eran de obligado ayuno y abstinencia total.

Otra bula que se dispensa y creo que en la actualidad todavía está en vigor, es para contraer matrimonio entre parientes de 1º grado. Está comprobado que lo hijos de relaciones entre  familiares pueden tener  consecuencias genéticas graves, por lo cual se debe evitar  las relaciones  sexuales entre parientes. Pero yo  hago esta pregunta, si hay bula puedes tener relaciones  sexuales con parientes aun sabiendo el riesgo que pueden tener los hijos que salgan de esa relación, en cambio si tienes bula puedes contraer matrimonio eclesiástico con familiares  aun sabiendo el riesgo que ello conlleva para los hijos, la verdad es que no comprendo para lo que puede valer esa bula.

De todas maneras creo que en este tema, como en otras muchas cosas vale todo, pero si hay un Dios, su voluntad nunca cambia, la que cambia es la nuestra, por  estos y otros motivos en el juicio final  cada uno deberemos dar cuenta  a Dios de nuestras propias escenas.
Gúmaro,  8 de abril de 2012.

1 comentario:

  1. Menos mal que con el paso de los años, muchos hemos dejado de creer en jilipolleces. Lo malo es que ellos siguen igual. Con dinero, te abren muchas puertas. Hasta las del cielo. Cuentistas.

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