viernes, 7 de septiembre de 2012


LA FIESTA EN LOBER.

Cuando llega el mes de septiembre me recuerdan mis de niño en la fiesta del pueblo, si bien antiguamente y hasta finales de los años 20 creo que fue según comentarios de los más viejos del pueblo de hace 50 años atrás que la fiesta de Santa Marina se celebraba el día que viene marcada en el calendario, el día 18 de julio, pero  al coincidir estas fechas con los trabajos de la siega época no muy propicia para celebraciones pues decidieron cambiarla al 18 de septiembre, siendo esta ya una época en la que los hogareños podían prescindir de más tiempo. En aquellos años en todas las casas se cocinaba con leña,  incluso en muchas cocinas estaba el horno de hacer el pan, y después de tiempo las paredes se quedaban ahumadas, motivo el cual que para la fiesta se debía encalar con barro blanco, así como fregar los escaños tamboretes y banquillas para que a la llegada de los festajeros que solían venir de otros pueblos (familiares o amigos) vieran nuestras casa lo más limpias posibles dentro de lo que cabía. El día anterior a la fiesta, prácticamente en todas las casa se mataba un cordero para la celebración, ya que la res no se debía comprar por que en aquellos años casi todos los vecinos del pueblo tenían ganado lanar, y si alguno no tenía pues lo compraba , pues tampoco había carnicerías en la zona y cada uno de debía suministrar por si mismo. La víspera  acudían los zamarreros a comprar las pieles ( el ti Pedrin de Fradellos y más tarde sus yernos  el ti Migue y el ti Celestino).

La fiesta del pueblo era muy esperada por todo el pueblo, pues todo el mundo y sobre todo los mozos y las mozas compraban vestidos para estrenar aquel día, pues acudía mocedad de todos los pueblos colindantes y se podía producir alguna oportunidad de ligue. Los mayores la esperaban para por lo menos por un par de días  salían de la rudimentaria gastronómica diaria (los frejoles verdes de esa epoca ) para degustar el sabroso cordero alistano.  Y los rapaces la esperábamos por que íbamos a vivir dos días de fiesta y todo era diferente, llegaban los confiteros, a Lober  venían dos el Araujo de Alcañices y Santiaguito de Domez y nuestros padres y abuelos nos podían dar alguna peseta para comprar unos caramelos, los mas mayores compraban restralletes petardos o bonbas, pero no mucho por que el presupuesto era pequeño. Los caramelos pequeños costaban dos perras chicas y los grandes a perra gorda, los restralletes por una peseta te daban 10, y las bombas por una peseta cuatro. Los  rapaces más grandes jugaban a los cartones, que eran cuatro cartas pegadas en un cartón y se componía de 10 cartones que hacían las 40 cartas de la baraja, podías comprar los cartones que quisieras (entre más cartones compraras más oportunidades)  luego uno barajaba la baraja y cortaba y la carta que saliera el que la tuviera en el cartón ganaba, y el confitero te daba el equivalente a una peseta o a lo que pusieran la tirada.

La víspera ya se hacía baile con los gaiteros del pueblo, y era el día de la fiesta a la salida de misa cuando comenzaba el primer baile con la música que se hubiera ajustado, pues ya en los años 60 recuerdo que se ajustaba la música de Faramontanos de Tábara, eran tres músicos, un batería un acordeón y un saxofón,  en aquellos años se consideraba una música como él no va más,   sobre todo mayores de pueblo acudían a escucharla  mu alucinados. Costaba 700 pesetas, las cuales se debían pagar a escote, los mozos ponían una cantidad, y las mozas ponían la mitad de la cuota que los mozos, y el trabajo que había para juntar el dinero. Después de comer comenzaba el baile, en aquellos años era baile fiado, a primera hora bailaban las mozas  juntas en parejas, y dos mozos debían ir a cortarlas para bailar con ellas, los mozos astutos,  hasta que no oscurecía no comenzaban a bailar para que no los vieran, pues si bien las madres de las mozas estaban cerca y no querían ni los mozos ni las mozas que sus madres los vieran bailar juntos. Al oscurecer era cuando comenzaban los mozos a ir a fiar, pues a veces estaba uno bailando a gusto con una moza, o una moza con un mozo y no te dejaban parar, pues  era baile fiado, y en aquellos años los mozos tenían unas normas en el baile que se debían cumplir, pues si una moza no quería bailar con un mozo, esta se exponía a que por el resto de el año ningún mozo fuera a bailar con ella. Bueno entonces, los que ya estaban medio novios, en le baile salían a bailar aun lado y ya muy arrimados, entonces ya ningún mozo los molestaba.

El segundo día el baile comenzaba a las 10  u 11 de la mañana, pues la noche anterior el baile no acababa más tarde de las 12  o como mucho la una de la mañana, entonces el baile de la fiesta de el segundo día casi acababa con la hora de la comida alrededor de las dos de la tarde, después de comer los festajeros forasteros ya se marchaban quedando solo para el baile de la noche la mocedad del pueblo y pocos más.
En la década de los 80, no recuerdo que año, ya la fiesta en decadencia por la emigración,  prácticamente la fiesta se estaba acabando, no quedaban niños, no quedaban mozos ni mozas, simplemente se hacía una misa y era ya lo único que quedaba de la fiesta. Un año de esa década no recuerdo cual, en el mes de agosto un grupo de emigrados del pueblo pensaron cambiar la fiesta  para el día 18 de septiembre, pues en agosto están en el pueblo  con sus hijos y nietos todos  y todas los/as que un día emigraron. Los primeros años hubo gente del pueblo reacia a cambiar la fiesta, pues algunos aquél día uñeron las vacas y marcharon a trillar, pero sus hijos si se habían añadido a la fiesta, ya así estuvo unos cuantos años entre tira y afloja, hasta que poco a poco se dieron cuenta que   la fiesta se debida cambiar definitivamente ya que la fiesta había cogido gran popularidad y se cambio definitivamente cediendo a dar para el festejo el dinero que aporta el ayuntamiento, cosa que hasta entonces y durante los años que duro aquella transición la música de la fiesta  la debíamos pagar entre los que la aceptaban  o cogiendo algún dinero de lo de la caza, de el que todos como propietarios de fincas tenemos parte. Y desde entonces continuamos celebrando Santa Marina  patrona del pueblo de  Lober el día 18  y 19 de agosto de cada año. Si bien ya comienza el día 17 por noche con una merienda popular pagada a  “escote” entre los asistentes, y en la actualidad yo casi considero que es lo mejor de la fiesta, pues una noche en la que te encuentras con gente que saludas y puedes hablar con unos y otros acabando con una charanga  con la que podemos disfrutar del baile  o escuchando canciones de nuestro tiempo en un pueblo del que tantos recuerdos guardamos.

Gúmaro, 7 de septiembre de 2012.

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