TUVE QUE MENTIR PARA
QUE ME DIERAN TRABAJO.
Era en el invierno del año 1963, corrían tiempos difíciles y
en la comarca alistana se comenzaban a
hacer las primeras obras para enlazar los pueblos principales con carreteras.
Estoy hablando de la carretera que une Gallegos del Río con la N 122. Esta
carretera en sus orígenes se hizo en dos tramos, primera mente se hizo un tramo
de unos 4 klm de caja desde la N 122 hasta la raya de Lober con Mellanes en las
inmediaciones de Vaniella. Esta obra comenzó por los años 1963 y duro unos dos
años trabajando a pico y pala, no había hormigoneras para hacer material para
alcantarillas, solamente un carro de tracción animal se usaba para movimiento
de tierras o de tablones de un sitio a otro. Fue una obra muy mal hecha, se
dieron muchos destajos, y por parte de los trabajadores hubo mucha picaresca,
vamos a suponer que el capataz daba una tarea para 8 horas de X metros de caja
para 6 trabajadores, el capataz, como tenía asignado trabajo a esos
trabajadores por su cuenta no era necesario que estuviera presente en el tajo,
por lo que esos trabajadores aprovechaban u ausencia para cortar haces de
leña y meterlos en la caja con unas
paladas de tierra aumentando así la producción, pero con el paso del tiempo, y
al pudrirse la leña bajo la tierra se formaron inmensas lagunas en la
carretera. En un principio este tramo no se asfaltó, simplemente se hizo la
caja y se le puso una capa de piedra machacada a base de golpe de porrilla y
así permaneció por varios años, hasta que por fin se hizo otra vez caja nueva y
se asfaltó.
Posteriormente, ya en el año 1966 se comenzó el tramo dese
Vaniella a Gallegos del Río. (unos 5 Kms)
En este tramo ya se empleaba maquinaria, como tractores con traílla para
desmontes y rebajes, algún camión para movimientos de tierras, motoniveladora
para nivelar la caja, y aún se usaba un carro tirado por un macho para pequeños
transportes, prácticamente el trabajo personal era para construir alcantarillas
con obra, aunque aún se carecía de hormigonera para hacer hormigón y se necesitaba bastante mano de obra.
Yo contaba aquella primavera con 17 años recién cumplidos,
aunque mi aspecto físico ya zurcido del trabajo de casa aparentaba más de 20. Pero la empresa
Hermanos Blanco que era la encargada de
llevar las obras a cabo, solo daba trabajo a los mayores de 18 años, puesto que
los menores debían se afiliados como pinches, y en aquel momento la empresa
solo necesitaba personal para trabajar en la construcción.
Recuerdo que era un día lunes alrededor del 15 de marzo de
1966, y yo había pensado de ir a pedir trabajo al jefe de la obra, que vivía en
las inmediaciones de la era de Gallegos del Río en una casa que el Ayuntamiento
le había proporcionado, llegando a su casa pasadas las 9 de la mañana, yo
llevaba cholas con herraduras para aparentar un poco más alto, y decir que ya
tenía más de 18 años. Cuando llegué a su casa, toque en la puerta con el
nudo del dedo medio a lo que salió su
mujer, y me dijo que su marido ya se había ido a la obra, pero que siguiera la
carretera que en el camino lo encontraría, y así lo hice, después de haber caminado
unos tres kilómetros divisé a lo lejos a
un hombre alto y delgado que caminaba lentamente, con un buen paso cada vez me acercaba más a él,
pero pensando lo que le iba a decir sin que se me trabase la lengua. Por fin
llego a su altura, y al llegar a su lado lo saludo con un buenos días, a lo que
me respondió con lo propio, y recuerdo que le dije estas palabras: Vengo de su
casa, y vengo para pedir trabajo en la obra. El Sr. Alfredfo que así se
llamaba, se paró por unos instantes para mirarme de arriba abajo, y continuando
su paso, después de un par de minutos me dijo: Cuántos años tienes? , yo sin
pensarlo le dije: la semana pasada cumplí 18, volvió a meditar otro par de
minutos, me volvió a mirar otra vez de arriba abajo y me dijo: Bueno, si quieres
trabajar, mañana mismo vienes
a la obra donde estamos trabajando a las 8 de la mañana y te presentas
al capataz de mi parte y le dices que te tome la afiliación, yo le respondí con un, vale y hasta mañana.
Con esta respuesta marcho para casa, le digo a mi madre que para mañana me prepare la
merienda que me voy a trabajar a la carretera, mi madre por la noche me hizo
una tortilla de patatas y lo más seguro que algo de tocino a lo que yo añadí
una botella de vino casero abundante en aquellos años.
A la mañana siguiente, cojo mi mochila y me uno a la
cuadrilla de Lober camino de Majada
Llagona que era donde estaba el tajo, llegando allí, me presento a l capataz, y
recuerdo que me dijo: Bueno, ahora te vas a aquellos tableros que hay allí y
los empiezas a limpiar de cemento seco y le quitas las puntas que tengan que después empezaremos a hacer un encofrado
en la alcantarilla, y luego te tomo la afiliación. Antes de terminar este
trabajo, vino con una carpeta, se sentó
encima de un tablón y me dijo que me iba a tomar la filiación, todo fue verbal,
no tenía D.N.I. Cuando me pregunto el
año de nacimiento le dije un año antes para que constara que tenía 18 años cumplidos.
Así estuve tres meses trabajando, la mayor parte de ellos en
el puente de Gallegos del Río sobre el río Aliste por un sueldo de 800 pesetas
a la quincena, unas 1600 pesetas al mes que entregaba en mi casa y mi padre me
devolvía si había suelta alguna moneda.
Y finalmente de esta experiencia vivida tengo una anécdota
para contar, anécdota que cada vez que lo pienso se me ponen los pelos como
escarpias aunque al final todo se quedó en un susto.
Como ya comenté más arriba, la empresa tenía un carro y un
macho para hacer pequeños transportes y para llevar y traer la herramienta. La
bestia la cuidaba un tal Antonio
(Antonin) de Gallegos del Río. Una tarde después de trabajar nos dijo que iba a
Lober a buscar unos sacos de paja pata el macho, y que si queríamos nos
llevaría en el carro, pues bueno, no venía mal después de trabajar que te llevaran
en el carro hasta casa, subimos al carro Antonio el carrero, Rufino Ramos,
Gregorio Romero Andrés Fernández (Andresin) y yo. Al
llegar a Majada Llagona viniendo desde
Gallegos del desvió el carro por
el camino de Domez para acortar camino, y cuando llegamos a la altura del
molino del pozo sondeo que ya comienza cuesta abajo, Andresin cogió la pata cabra de la herramienta y le
dio al macho por tres o cuatro veces en
el lomo, el macho se desbocó a correr sin que nadie lo pudiéramos parar,
pensábamos que llegando al paso estrecho de la calleja de arriba de la era el
carro se volcaría y pasaría una desgracia,
así nos fuimos tirando con el
carro a toda velocidad antes de llegar a la calleja, la suerte de todos que
nada más nos hicimos arañazos excepto a Rufino Ramos que se hizo daño en
las costillas por lo que se estuvo quejando todo el verano.
Gúmaro, 19 de abril de 2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario