lunes, 21 de abril de 2008

El Cristo de San Vitero


AL lado del pueblo de San Vitero, entre las eras y la carretera hay una Ermita, es la Ermita del Cristo.En ella se celebran dos fiestas, una el 19 de marzo (Cristo de marzo) y otra el 14 de septiembre (Cristo de septiembre).


En mi reciente viaje a Aliste, y después de 41 años, tuve la ocasión de estar presente en el Cristo de marzo.


Gran cantidad de gente se amontona entorno a la Ermita en éstas fiestas, fiestas bien conocidas en toda la comarca, incluso en León y buena parte de Galicia.
Pude observar que la fiesta religiosa poco ha cambiado respecto a hace 41 años, quizá lo que vi más cambiado fue la poca asistencia de gente a misa y a la procesión, en total asistieron unas 40 rsonas aproximadamente, y me extrañó mucho, por que Aliste es de una gran tradición católica , tal vez fuera por que las inclemencias del tiempo que lo impidieron, al ser un día de mucho viento y temperatura desagradable.


También pude ver que no faltaban las “pulpeiras” de gran tradición en las ferias de los Cristos, antiguamente, el pulpo lo cocían en grandes calderas a la lumbre, ahora lo cuecen con gas. No estaba al alcance de todos el degustar una tabla de pulpo en la feria, ya que costaba 30 euros, teniendo en cuenta, que en el mercado podemos adquirir el kilo entre 6 y 10 euros dependiendo de la calidad.


Había paradas con antiguos aperos de labranza, arados de madera primitivos, trillos, cuero curtido de cuyo material se hacen zagones, cornales y sobeos para la labranza, y hasta en una parada vendían las famosas cholas, al precio de 53 euros, hoy ya casi extinguidas, (pero muy sanas por cierto).


En los años 60 el Cristo era una feria con grandes concentraciones de ganado de todas clases, y hasta había exposiciones de toros sementales de raza alistana, ahora no hay compra -venta de ganado vacuno, y aunque en algunos prados de Aliste aún se ven algunas explotaciones de ganado pudiera ser que, en un tiempo no muy lejano, nuestra denominación de origen “Ternera de Aliste” este al borde de la extinción.


A partir de los años 60 la feria de ganado fue sustituida por feria de maquinaria agrícola, el día del Cristo no había ni una sola máquina agrícola a la venta, esto significa que la poca agricultura que teníamos en Aliste está tocando techo. Si bien, en los últimos años a tomado auge la exposición de buches de raza alistana, la cual se celebraba el sábado día 22, me hubiera gustado asistir, pero por circunstancias no pude.

Burro alistano en San Vitero


Antiguamente cuando empezaba a caer la tarde la gente de los pueblos emprendían el viaje de retorno a sus respectivos pueblos de origen, el único medio de locomoción eran las caballerías quedándose la juventud a los bailes que a partir de la noche se hacían en San Vitero. El día del Cristo, la cuaresma no prohibía hacer baile, amenizado con gaita alistana y tamboril. Ahora ésta fiesta conlleva hasta cuatro noches de baile amenizado por diferentes y costosas orquestas.
En aquellos años al caer la noche en Lober el día del Cristo, llegaban los carbajalinos con las vacas compradas en la feria, hacían noche en Lober en casa la “Ti Mariguiña” se habían llegado a contar hasta 20 vacas compradas en el Cristo sólo los de Carbajales, y parece que hasta en Lober nos llegaban aires de fiesta.


Hay alguna leyenda en Aliste que dice que la Ermita del Cristo es “alistana”, es decir, que colaboraron en ella varios pueblos de Aliste. De ahi que en tiempos pasados pidiesen “los cuadrilleros” en los pueblos para el Cristo, estos fondos se entregaban para gastos de la Ermita.

La emigración en Aliste

Aliste, como otras comarcas del mundo rural, durante las décadas de los años 60 y 70, sufrió una despoblación descomunal, desviando más del 90% de sus jóvenes a provincias más industrializadas. En las últimas décadas este goteo ha continuado, si bien en menor porcentaje, pero teniendo en cuenta que se está despoblando una zona ya despoblada y envejecida.
Las gentes que en aquellos años no emigraron y que en esas décadas tenían 40 ó 45 años, hoy tienen 80 u 85,y éste es otro problema grave de despoblación.

La mayoría de estos emigrantes supieron adaptarse a sus puestos de trabajo y, procediendo de una zona rural y deprimida como era Aliste en aquellos años, supieron administrar su economía y, con sus ahorros, hacerse una casa en sus pueblos de origen. Por eso, en época de puentes y vacaciones, nuestros pueblos vuelven a estar alegres. Ahora, muchos están jubilados y pasan largas temporadas en los pueblos.

La consecuencia de la despoblación y el envejecimiento de la comarca ha provocado la casi total de desaparición de la ganadería y de la agricultura en la zona alistana y, si desaparece la agricultura y la ganadería, hasta el mismo alistano está también en peligro de extinción.
Para apaliar el problema de despoblación en Aliste se tendrían que buscar nuevas alternativas y para eso, debieran tomar mano las administraciones.

Una medida podía ser el desarrollo del turismo rural y Aliste tiene muchas cartas para ganar esta partida. Por un lado tenemos el proyecto para alargar la autovía del Duero hasta la frontera con Portugal. La lástima es que por el norte no nos haya cogido el tren de alta velocidad, entonces sí que tendríamos la partida ganada.

Pero Aliste tiene otros encantos que también nos podrían ayudar. Tenemos la Sierra de la Culebra, con la mayor reserva del “Lobo Ibérico” de toda Europa, tenemos una naturaleza y atmósfera limpias de contaminación, tenemos la relajante temperatura de las noches de verano y, también, buena gastronomía, con las prestigiosas carnes alistanas, entre otras muchas cosas.
Todas éstas cosas las tenemos, pero nos faltan las principales: El alojamiento. Se tendrían que hacer hoteles por diferentes pueblos de la comarca, acondicionar casas rurales y posadas, acondicionar los tradicionales palomares, telares, molinos y fraguas y ponerlos en funcionamiento de su manera natural y de fácil acceso.

Un museo sería imprescindible en la comarca, donde estuviera representada toda la cultura tradicional de Aliste, como pueden ser aperos de labranza, utensilios de cocina como potes y calderas, los típicos trajes alistanos y otras piezas artesanas.
Una biblioteca con libros de temas alistanos, dotada de alguna sala donde se pudieran dar charlas y pasar videos con la cultura alistana.

Interesante sería también la ubicación de un Museo Taller en algún pueblo de Aliste donde algún tejedor pudiera exhibir su trabajo a los visitantes y explicar la elaboración de la lana y el lino desde el cardado y el hilado hasta el tejido de las mantas y mandiles que fueron tan característicos en la comarca alistana.

Promocionar la caza sería también un reclamo para el turismo, soltando perdices y faisanes de granja en primavera, cuando es el tiempo de incubación, para aumentar el número de ejemplares en tiempo de caza.

Igualmente promocionar la pesca del cangrejo y otras variedades de pesca en los ríos y arroyos de la comarca.
¿Sería ésta una solución para Aliste...? Soñar cuesta poco y, a veces se hace y hasta parece que por la mañana se levanta uno más relajado. Pero nunca se sabe.

Aragón, “Los Monegros” comarca rural de la provincia de Zaragoza, desértica, despoblada y envejecida. En los últimos meses los principales diarios a nivel nacional hablan de que se está haciendo un estudio para llevar a cabo un gran proyecto “a Gran Escala” de instalaciones en esta comarca: tres campos de golf, tres parques temáticos, casinos, numerosas salas de juego y entidades financieras, 70 hoteles donde se dará empleo a 60.000 personas y por donde pasaran 25 millones de turistas anuales, siendo el primer centro de ocio a nivel mundial, incluso por delante del de las Vegas.

sábado, 19 de abril de 2008

Las casas antiguas en Lober

Los materiales básicos en las casas antiguas en Lober eran: el barro, la paja, el adobe, la piedra y la madera. El barro (tierra mezclada con agua y paja) se ha usado en la construcción de casas desde que el hombre existe. Los adobes no era un barro muy pegajoso, era tierra mezclada con paja y agua, que se hacía en grandes masas, y que se amasaba con los pies, a mi me toco hacerlo, (la tierra se sacaba en balde el mayo al lado de la fuente ), una vez la masa hecha, con una horma llamada adobera se hacían los adobes que se dejaban secar al sol durante días, una vez secos se recogían guardándolos en pajares para reservarlos de la humedad. Este trabajo se solía hacer en el mes de septiembre.. los adobes se utilizaban para hacer tabiques y para hacer la bóveda de los hornos.


La piedra se arrancaba en canteras, no siempre se encontraban canteras con buena piedra, las más largas y rectangulares se guardaban para las esquinas, y miembros de puertas y ventanas.
Los tejados son de pendiente a dos aguas, en la antigüedad cubiertos con pizarra, y más tarde con teja roja, ambos productos extraídos del subsuelo de la comarca, la pizarra de los yacimientos de Fradellos, y el barro, materia prima de la teja, extraído del subsuelo de Ceadea, y elaborada en los antiguos tejares del mismo pueblo (hoy ya desaparecidos). La maderera, procedía de la del corte de árboles particulares y era imprescindible para el armazón de los tejados, vigas cantiagos y chilla, y también para el “sobrao”.


La casa en Lober, era una construcción adaptada a las trabajos agrícolas, y ganaderos. Como ya he dicho, hecha de piedra suelta recibida con barro, y las paredes de un grosor de 55 cm. La casa rural alistana solía estar dividida en dos partes, una para las personas, y otra para los animales, la cuadra y el corral. En el corral solía haber una portalada donde se guardaba el carro y los aperos de labranza, el espacio que seguía era el corral, donde estaba la cuadra de las vacas, y donde se almacenaba el estiércol sacado de la cuadra y que por él andaban escarbando todo el día las gallinas.

Por el corral se entraba a la vivienda, con una puerta de cuarterón. Dentro de la vivienda, lo más común era la cocina, la despensa, y algún cuarto, y la escalera que subía al sobrao, donde estaban los dormitorios, y muchas veces el granero.


La cocina fue siempre el alma de la casa en Lober y en Aliste, la chimenea con las llares y la caldera de cobre en la que se cocía la comida para los cuchinos siempre ennegrecida. Alrededor de la lumbre unas tizas de roble o de encina, los potes ,los pucheros, la sartén, el fuelle, las esparrillas y las tenazas. El mobiliario se componía de algún escaño, banquilla, las banquetas, y la mesa de comer. Allí comía toda la familia, y todos comían de la misma tartera, se pasaban largas veladas los días lluviosos de invierno, hilando o contando anécdotas al humor de la lumbre.
En la actualidad, hay viviendas de nueva constricción con todos los adelantos y comodidades modernas, algunas de ellas con apariencia de chalet, que normalmente solo son habitadas en época de vacaciones. Los pueblos de Aliste aún conservan la belleza de la arquitectura tradicional, pero que poco a poco van perdiendo las características propias de nuestra tierra alistana